Demócratas ven oportunidad en el Sur de EE.UU. tras divisiones republicanas
Nuevos líderes demócratas buscan reconectar con la clase trabajadora para recuperar terreno en estados clave como Texas y Georgia. Apuestan por enfocarse en economía y seguridad fronteriza, áreas tradicionalmente republicanas, ante las elecciones legislativas de 2026.
«Comer vidrio por los trabajadores»: la apuesta sureña
Los demócratas del Sur enfrentan primarias republicanas divisivas como la de Ken Paxton contra John Cornyn en Texas. Kendall Scudder, nuevo presidente del partido en ese estado, afirma que deben «demostrar que luchamos por la clase trabajadora». En Georgia, Charlie Bailey insiste en «culpar a los republicanos por la economía inestable» bajo Trump.
Desafíos estructurales
El partido enfrenta falta de recursos y control republicano en redistritaje. En Texas, admiten que subestimaron el voto latino, según la representante Erin Gamez: «Un error que no repetiremos». Scudder propone crear un departamento en español y llenar vacantes en cargos locales.
Cambios demográficos y urgencia
Georgia, Carolina del Norte y Texas ganarán escaños tras el censo de 2030, lo que aumentaría su peso electoral. Amy Morton, estratega demócrata, ve «oportunidad para una agenda progresista» si los republicanos se radicalizan. El Comité Nacional Demócrata (DNC) incrementó un 50% los fondos para estados rojos.
Lecciones del pasado
Ken Martin, presidente del DNC, citó el caso de Brandon Presley en Mississippi, quien perdió por 3 puntos por falta de infraestructura local: «El partido debe prepararse para el momento clave». La nueva financiación busca contratar personal y abrir oficinas regionales.
El Sur: campo de batalla a largo plazo
Los demócratas reconocen que Florida parece consolidada para los republicanos, pero insisten en que sin avances en Texas o Georgia, ganar la Casa Blanca post-2030 será más difícil. Su supervivencia depende de traducir el descontento económico en votos.
La cuenta regresiva ya empezó
El éxito de esta estrategia se medirá en las elecciones de 2026, pero su impacto real podría definirse en la próxima década. La reconexión con la clase trabajadora y las minorías será clave para revertir la hegemonía republicana en el Sur.