Experta compara hiperinflación actual con crisis de los 80 en Bolivia

La periodista Mónica Briançon Messinger analiza los paralelismos entre la hiperinflación actual y la crisis de los 80 en Bolivia, destacando factores políticos y sociales recurrentes.
Agencia de Noticias Fides - Bolivia
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Experta compara hiperinflación actual con crisis de los 80 en Bolivia

La periodista Mónica Briançon Messinger alerta sobre paralelismos entre ambas crisis. Analiza ingredientes políticos y sociales que, según su columna, reproducen patrones inflacionarios. El texto critica medidas gubernamentales sin mencionar fuentes oficiales.

«Los mismos ingredientes, distinta década»

Briançon enumera factores recurrentes: subvenciones insostenibles, endeudamiento internacional, corrupción institucional y manipulación discursiva. Destaca que la «receta» incluye control cambiario, saqueo de reservas y clientelismo político, similar a los años 80. La autora advierte que estas prácticas generan «desesperanza acumulada».

Actores clave en la crítica

Señala a grupos de poder afines al gobierno: cooperativistas mineros, transportistas y «avasalladores» vinculados a cultivos ilícitos. Critica la creación de «estructuras burocráticas inútiles» como el Viceministerio de Descolonización, ejemplo de clientelismo.

De Lovaina Boys a Harvard Boys

La autora contrasta a los tecnócratas formados en Bélgica o Chicago en el siglo XX con los actuales «Harvard Boys». Cuestiona si estos últimos aplicarán soluciones reales o repetirán «recetas mágicas». Subraya que ningún enfoque —populista o tecnocrático— ha funcionado históricamente.

Cuando la olla hierve… otra vez

Bolivia sufrió hiperinflación de 1982 a 1985, con picos del 50% mensual. Briançon recuerda que la dolarización informal y el colapso productivo marcaron esa época. Hoy, identifica señales similares: presión fiscal a sectores formales, bonos clientelares y quema de reservas.

Sin recetas, solo responsabilidades

El texto concluye que la solución pasa por eliminar prácticas corruptas y exigir rendición de cuentas. Insiste en que «el pueblo ya no come cuentos» frente a la inflación y el desempleo. La advertencia final es clara: sin cambios estructurales, el país repetirá su historia económica.