Ingeniera boliviana crea máquina que transforma plástico en hilo textil
Grecia Bello lidera el proyecto Arakuaa, desarrollado en un FAB LAB de Santa Cruz. La iniciativa, surgida de su tesis en España, combina reciclaje, tecnología y cultura guaraní. La máquina procesa plástico PET en fibras para comunidades afectadas por incendios forestales.
«Habilidad para entender la vida»
Grecia Shayel Bello Segovia (24), ingeniera electrónica, diseñó Arakuaa —que en filosofía indígena significa «habilidad de entender la vida»— como respuesta a los incendios de 2023 en Camiri. «La comunidad guaraní perdió su materia prima para tejer», explica. La máquina, creada con un presupuesto de Bs 10.000, convierte botellas plásticas en hilo mediante un proceso seguro que evita emisiones tóxicas.
Tecnología con propósito social
Originalmente concebida como equipo industrial para su tesis en España, Bello adaptó el diseño para hacerlo accesible a artesanos. El sistema tritura PET, lo funde y centrifuga para crear fibras similares al algodón de azúcar. «Quería que mis conocimientos tuvieran un impacto directo», afirma la ingeniera, quien trabajó con 15 colaboradores en el FAB LAB de la Unifranz, espacio abierto a innovadores de todas las disciplinas.
Un laboratorio de puertas abiertas
El proyecto se desarrolló en uno de los pocos FAB LAB certificados de Bolivia, mantenido con donaciones y fondos de investigación. «Aquí cualquier persona puede crear, sin importar su universidad o carrera», destaca Bello. Estos espacios promueven la innovación colectiva, aunque su sostenibilidad económica sigue siendo un desafío en el país.
De la crisis a la oportunidad
Los incendios forestales de 2023 en Bolivia destruyeron no solo vegetación, sino también fuentes tradicionales de fibras textiles para pueblos indígenas. Arakuaa surgió como alternativa para reciclar el plástico abundante y convertirlo en materia prima accesible, fusionando tecnología moderna con saberes ancestrales guaraníes.
Hilos que tejen futuro
El equipo prueba actualmente mezclas de PET con PLA (plástico biodegradable) y explora aplicaciones como rellenos para colchones. Con apoyo de organizaciones como Amigarse, buscan expandir el proyecto a más comunidades, demostrando que la tecnología abierta puede preservar cultura y generar soluciones sostenibles.