Joven sufre traumatismo craneal tras presunto acoso escolar en Santa Cruz
Maritza, de 18 años, lleva dos meses postrada tras una agresión en un parque cercano a su colegio. Las autoridades educativas activaron protocolos mientras la víctima espera atención neurológica especializada.
«El peor día de nuestras vidas»
El 9 de abril, Maritza tuvo un altercado con una compañera en el parque del colegio. Al caer al suelo, golpeó su cabeza contra el concreto, sufrió convulsiones y fue reanimada de emergencia. Su hermana María relata que «antes era una niña normal, sin problemas de salud graves», pero ahora requiere tres medicamentos para las convulsiones y presenta dificultades para hablar y alimentarse.
Un camino lento hacia la recuperación
La joven ha sido trasladada entre hospitales públicos y privados. Necesita una resonancia magnética, pero fue programada recién para el 14 de julio en el Hospital Japonés. Su familia, agotada económicamente, organiza una kermés para cubrir gastos médicos.
Educación responde: «Es un hecho aislado»
La Dirección Departamental de Educación (DDE) visitó a Maritza y su colegio. Nelson Alcócer, director de la DDE, afirmó que «el incidente ocurrió fuera del establecimiento» y subrayó que es el único caso registrado este año. Sin embargo, el abogado Jesús Ancalle, de La Voz del Estudiante, advierte que «el bullying es un problema serio» y que muchas denuncias no se formalizan por temor.
Protocolos en marcha
La DDE activó el protocolo de convivencia pacífica, que incluye atención a la víctima y seguimiento del caso. Alcócer insistió en que las unidades educativas deben promover diálogo y actuar ante conflictos.
Un sueño universitario truncado
Maritza llegó desde Guayaramerín a Santa Cruz con el objetivo de graduarse y estudiar en la universidad. Dos semanas antes de la agresión, había solicitado cambio de paralelo, según reveló su hermana. El caso ha conmovido a la población y reabierto el debate sobre el acoso escolar en Bolivia.
La sombra del bullying
El incidente evidencia los riesgos de la violencia entre pares en entornos educativos. Pese a los protocolos existentes, organizaciones como La Voz del Estudiante denuncian lentitud en las respuestas institucionales. La recuperación de Maritza sigue siendo incierta, mientras su familia busca justicia y mejores condiciones médicas.