Secretario de Defensa de EE.UU. reduce generalatos en medio de críticas por motivaciones políticas
Pete Hegseth recortará un 20% de los generales de 4 estrellas y un 10% del resto. El congresista veterano Seth Moulton denuncia que los despidos priorizan criterios raciales e ideológicos. La medida se anunció este mes sin justificación estratégica clara.
«Una purga sin transparencia ni estrategia»
El demócrata Seth Moulton, miembro del Comité de Servicios Armados, coincide en que el ejército estadounidense tiene «demasiados generales»: desde 1965, los oficiales de 4 estrellas aumentaron un 107% mientras la tropa se reducía a la mitad. Sin embargo, critica que Hegseth aplique «recortes arbitrarios basados en porcentajes redondos» sin explicar las bajas. «No ha respondido a cartas bipartidistas del Congreso exigiendo motivos», afirma.
Patrón racial y de género
Moulton señala que entre los despedidos figuran tres de las diez mujeres que han alcanzado el rango de 4 estrellas, incluida la primera jefa de Operaciones Navales. También cuestiona la destitución del general C.Q. Brown, «uno de los oficiales más talentosos de su generación», atribuyéndola a racismo. «Es el manual para militarizar la política», advierte.
Riesgo para la defensa nacional
El congresista alerta que la opacidad genera incertidumbre en las filas y debilita la meritocracia. «En Rusia o China los ascensos son políticos, y por eso sus ejércitos son menos eficaces», compara. Además, Hegseth ha recortado presupuestos en áreas clave como ciberdefensa y espacio, priorizando una agenda ideológica sobre necesidades estratégicas.
De la Guerra Fría a la guerra cultural
El debate sobre el exceso de mandos viene de décadas: el Cuerpo de Marines mantiene solo dos generales de 4 estrellas, mientras el Ejército multiplicó sus altos rangos. Pero la expansión respondió a nuevos desafíos (ciberguerra, amenazas en África). Hegseth, en cambio, vincula los recortes a eliminar «basura DEI» (Diversidad, Equidad e Inclusión).
Un ejército en la cuerda floja
La purga de Hegseth tensiona la tradición apolítica de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Moulton teme que la instrumentalización partidista llegue a extremos como reprimir protestas, algo que Trump ya solicitó en su primer mandato. Sin transparencia, la reforma profundiza divisiones en lugar de modernizar la institución.