Fallece Rosángela «Connie» Conitzer, defensora de la paz y la cultura
La intelectual y pianista boliviana murió a los 79 años. Destacó por su labor en el Goethe Institut y su compromiso con los valores europeos de reconciliación. Su vida estuvo marcada por el legado familiar de resistencia y arte.
«Una vida dedicada a la alegría y la fraternidad»
Rosángela Conitzer Bedregal, conocida como Connie, falleció este 9 de mayo, fecha simbólica que coincide con el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Era hija de un sobreviviente judío y de la poetisa Yolanda Bedregal, «Yolanda de América». «Su risa cantarina y su amor por la música eran su sello», destaca el texto.
Un puente entre culturas
Como profesora de alemán en el Goethe Institut, Connie promovió el diálogo intercultural, pese a que su padre fue prisionero en un campo de concentración nazi. Dominaba seis idiomas, incluido el hebreo literario, y tocaba el piano «sin alborotos», al estilo de Graciela Rodo Boulanger.
Legado familiar
Su padre, conocido como «el Gringo Chukuta», llegó a Bolivia en 1939 y se integró a la cultura paceña vendiendo libros. Su madre, Yolanda, fue una destacada artista. «Connie murió en paz, como vivió, rodeada de amor», subraya el artículo.
La sombra de Europa en su historia
Nació el 25 de julio de 1945, en los últimos días de la guerra. Admiraba la Declaración Schuman (1950), base de la Unión Europea, y el Himno a la Alegría de Beethoven. «Era una crítica silenciosa al belicismo», refleja el texto sobre su postura ante conflictos como la invasión rusa a Ucrania.
Adiós a una pacifista
Connie deja un legado de cooperación frente a la confrontación, heredado de figuras como Schuman y Adenauer. Su vida, entrelazada con hitos históricos, simboliza la reconciliación posible entre pueblos.