Trump necesita a Canadá para su escudo antimisiles Golden Dome
EEUU requiere radares y espacio aéreo canadiense para rastrear misiles en el Ártico. El proyecto, valorado en 500.000 millones de dólares, enfrenta reticencias en Ottawa. Trump anunció el plan el 20 de mayo, pero omitió la dependencia de su aliado.
«No podemos hacer esto fácilmente»: la frágil alianza
El presidente Donald Trump insiste en que Canadá «quiere protección», pero líderes canadienses como el primer ministro Mark Carney mantienen posturas cautelosas. «Hay mucho que no sabemos», admitió Shuvaloy Majumdar, parlamentario conservador. La relación bilateral está tensionada por disputas comerciales y desconfianza política.
El rol clave de Canadá
El territorio canadiense ofrece 4 millones de millas cuadradas de espacio aéreo crítico para detectar misiles rusos o chinos. «Sin Canadá, sería mucho más difícil», afirmó un asesor republicano del Senado bajo anonimato. Ottawa ya invierte 38.000 millones en NORAD, el comando conjunto de defensa aérea.
Los obstáculos prácticos
Canadá debería desplegar más radares e interceptores, similares a los de Alaska y California. Sin embargo, su parlamento no aprobará un presupuesto hasta otoño y debate si participar en el derribo de misiles balísticos, un tema polémico.
De socios históricos a negociadores cautelosos
NORAD, creado hace 67 años, simboliza la colaboración militar entre ambos países. Canadá financiaba tradicionalmente el 40% de sus inversiones. Pero las tensiones comerciales y la retórica de Trump han enfriado la relación. En marzo, Ottawa firmó un acuerdo de radares con Australia por 4.000 millones, señalando su búsqueda de alternativas.
Un escudo con muchas preguntas sin responder
La viabilidad del Golden Dome depende de acuerdos aún no negociados. Mientras Trump solicita 25.000 millones iniciales al Congreso, Carney advierte: «Se negocia esto, no hay garantías». El proyecto podría redefinir —o fracturar— la defensa compartida en Norteamérica.