Casa Blanca defiende que reforma fiscal republicana impulsará el crecimiento
Expertos prevén un impacto mínimo en el PIB frente a las promesas oficiales. El proyecto recorta programas sociales y elimina incentivos anteriores, lo que neutralizaría sus efectos. La iniciativa se debate en el Congreso estadounidense.
«Un espejismo de crecimiento», según analistas
El director del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca asegura que el plan añadirá entre 4.2% y 5.2% al PIB en cuatro años. Sin embargo, el Comité Conjunto de Impuestos proyecta solo un 0.03% anual, mientras que el modelo de la Universidad de Pensilvania estima 0.5% para 2034.
Detalles que restan impulso
Los recortes a Medicaid y al programa de asistencia alimentaria (SNAP) reducirían el gasto en salud y consumo. Además, los incentivos temporales para empresas —como deducciones por inversiones— limitarían el impacto a largo plazo, según el académico Kent Smetters.
Entre promesas y números fríos
El NEC, liderado por Kevin Hassett, insiste en que el crecimiento anual superará el 3%, compensando el costo fiscal. Pero Goldman Sachs advierte que, sumando aranceles y restricciones migratorias, el resultado neto podría ser negativo.
El factor incertidumbre
Wall Street muestra desconfianza ante el aumento del déficit y las políticas proteccionistas, que podrían reducir la demanda de deuda estadounidense. La portavoz Kush Desai defiende que la ley dará «seguridad a familias y empresas».
Un legado que pesa
La reforma hereda elementos clave de la ley fiscal de 2017, como los tipos reducidos a corporaciones. Sin embargo, elimina incentivos a energías limpias de la era Biden y prioriza deducciones para manufactura.
¿Boom o ajuste fino?
El debate sigue abierto: mientras la administración Trump insiste en un efecto transformador, los datos técnicos sugieren un impacto modesto, condicionado por factores externos como los aranceles y el gasto social recortado.