Fundación Jubileo proyecta que la pobreza en Bolivia alcanzará el 44% en 2025
La pobreza extrema llegaría al 17,5%, con mayor impacto en zonas rurales (58,8%). El informe atribuye el aumento a la inflación acumulada y critica los cálculos oficiales. La fundación propone una estrategia integral más allá de los subsidios.
«La ilusión de la clase media se desvanece»
Según la analista Carla Cordero, los avances sociales fueron «frágiles» y ocultaron «caídas silenciosas». Los datos del INE subestiman la realidad: la pobreza moderada oficial es del 36,5%, pero Jubileo la ajusta al 44% por el alza del costo de vida. «En áreas rurales, 6 de cada 10 personas vivirían en pobreza extrema», advierte.
El desajuste de las cifras
Jubileo recalcula las líneas de pobreza: en zonas urbanas, un individuo necesita Bs 1.080,8 mensuales (no Bs 939) para no ser pobre moderado. Para pobreza extrema, el umbral sube de Bs 468 a Bs 579,7. En áreas rurales, el ajuste es aún mayor: de Bs 393 a Bs 486,9 mensuales.
Inflación: el motor oculto de la crisis
Los alimentos subieron más del 20% entre 2024 y 2025, tras incrementos del 6,6% (2022) y 3,3% (2023). «Los precios estables de años anteriores crearon una falsa seguridad», señala el informe. El INE reportó inflación acumulada, pero no actualizó sus métricas de pobreza.
Cinco pilares contra la pobreza
La fundación propone abandonar el «asistencialismo» con: 1) protección social con sistemas de cuidado, 2) empleo digno, 3) políticas territoriales, 4) fortalecimiento institucional y 5) educación de calidad. «El desarrollo debe centrarse en las personas, los territorios y la dignidad del trabajo», concluye el documento.
Cuando los números no cuadran
Bolivia mantuvo por años indicadores de pobreza con umbrales económicos fijos, pese a la inflación. El INE usaba líneas de pobreza de 2011, sin ajustar a la pérdida de poder adquisitivo. Esto, sumado al reciente repunte de precios, exacerbó la brecha entre las cifras oficiales y la realidad.
Un desafío que no se resuelve con subsidios
El estudio evidencia que los programas sociales actuales son insuficientes. La magnitud de la pobreza, especialmente rural, exige reformas estructurales. La eficacia de las propuestas dependerá de su implementación en un contexto de recursos limitados y presión inflacionaria persistente.