Precio de la leche sube 1 boliviano en tiendas de Santa Cruz

El litro de leche blanca aumentó de Bs 7 a Bs 8 en un mes, generando caída del 80% en ventas y escasez ocasional en mercados cruceños.
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Un vaso de cristal siendo llenado con un líquido blanco vertido desde una botella.
El líquido blanco está siendo vertido cuidadosamente en un vaso de cristal sobre una superficie de madera.

Precio de la leche sube hasta 1 boliviano en tiendas de barrio de Santa Cruz

El litro de leche blanca pasó de Bs 7 a Bs 8 en un mes. Comerciantes reportan caída del 80% en ventas y escasez ocasional. Vecinos reducen su compra por el alza, según testimonios recogidos en mercados cruceños.

«Antes vendíamos 10 bolsas diarias, ahora apenas 2»

Vendedores detallan que el incremento oscila entre 50 centavos y 1 boliviano, afectando más a variedades como la deslactosada (Bs 10) o saborizada. «La leche blanca estaba escaseando, no nos llegaba», explicó una comerciante. La subida impacta en ambos eslabones: productores elevan precios y consumidores compran menos.

Efecto dominó en el comercio minorista

Los distribuidores atribuyen el problema a falta de stock en empresas proveedoras. «Los vecinos optan por no llevar este alimento o buscan alternativas baratas», señaló una vendedora. La caída en ventas obliga a ajustar pedidos: de 10 bolsas diarias a solo 1 o 2 en algunos casos.

Cadena quebrada: del campo a la mesa

El texto sugiere que el alza se origina en la producción, aunque no especifica causas. La repercusión es clara: menor abastecimiento en tiendas y «comercio muerto», según gremios que marcharon en La Paz con crespones negros el mismo día.

Un litro que pesa más en el bolsillo

El incremento se enmarca en una ola de subidas de precios en productos básicos, mencionada de pasada en el texto. La leche se suma a esta tendencia, con un impacto directo en la economía familiar cruceña.

La nevera medio vacía

El reporte evidencia cómo fluctuaciones modestas (50 centavos) generan cambios drásticos en el consumo. La situación refleja la sensibilidad de los hogares ante ajustes mínimos y la fragilidad de las cadenas de suministro locales.