Inversora de Accel advierte que la regulación europea puede frenar el avance en IA
Sonali De Rycker afirma que Europa tiene el potencial para liderar en IA, pero la regulación excesiva podría limitarlo. La socia de Accel destacó este riesgo durante un evento en Londres, señalando que el continente cuenta con talento y capital, pero necesita «liberar» su capacidad de innovación.
«Europa tiene todas las piezas, pero le falta escala»
De Rycker, una de las principales inversoras de capital riesgo en Europa, reconoció que el continente posee emprendedores, ambición, universidades y capital para competir en IA. Sin embargo, criticó que la Ley de Inteligencia Artificial de la UE, aunque bienintencionada, podría «frenar la innovación» con multas y normas demasiado amplias. «El riesgo es que la red regulatoria sea demasiado extensa», advirtió.
Geopolítica y urgencia
Con el apoyo de EE.UU. a Europa en declive bajo la administración Trump, De Rycker subrayó que la UE debe ser autosuficiente. Propuso simplificar normas, como el «régimen 28», para crear un mercado único más ágil. «Si fuéramos una región unificada, el potencial sería increíble», afirmó.
Europa avanza, pero EE.UU. acelera
Ciudades como Zúrich, París y Londres están desarrollando ecosistemas sólidos, pero la adopción de IA en Europa sigue por detrás de EE.UU.. Mientras inversores estadounidenses apuestan fuerte por startups emergentes, De Rycker destacó que Accel se enfoca en aplicaciones prácticas, como Synthesia (vídeo para empresas) y Speak (idiomas), esta última valorada en 1.000 millones.
Un momento decisivo
Europa vive un «superciclo» tecnológico único, pero enfrenta un dilema: equilibrar regulación ética con innovación. De Rycker insistió en que no puede permitirse «estar atada» si quiere competir globalmente. Pese a los desafíos, confía en que el continente tiene lo necesario para liderar, citando casos como Spotify y Supercell.
¿Podrá Europa despegar en IA?
El éxito dependerá de su capacidad para simplificar normas y fomentar la experimentación. Con incertidumbre geopolítica y EE.UU. mirando hacia adentro, la apuesta por la soberanía tecnológica es ahora más crucial que nunca.