Moskowitz declara muerto el caucus DOGE en el Congreso de EE.UU.
El grupo bipartidista no se reúne desde hace meses y no participó en las reformas de Musk. El representante demócrata Jared Moskowitz asegura que el proyecto fracasó, mientras republicanos insisten en que continúa. La iniciativa surgió para reformar el gobierno federal.
«El caucus DOGE está muerto»: un proyecto que naufragó
El congresista Jared Moskowitz (D-Fla.), primer demócrata en unirse al caucus, afirmó en una entrevista con POLITICO que el grupo «está difunto» y no ha tenido reuniones en meses. «Solo tuvimos dos encuentros en cinco meses», señaló, añadiendo que no tuvieron injerencia en las decisiones de Elon Musk, quien lideró personalmente los recortes gubernamentales.
Promesas incumplidas y descoordinación
Moskowitz denunció que los copresidentes republicanos del caucus —Aaron Bean (R-Fla.), Pete Sessions (R-Texas) y Blake Moore (R-Utah)— prometieron colaboración legislativa que nunca ocurrió. «Nos dijeron que estas reformas pasarían por el Congreso. Nada de eso sucedió», criticó. Mientras, Bean defendió que el grupo «recién comienza» y cuenta con 100 miembros trabajando en reformas.
FEMA en la mira: riesgos para estados republicanos
Moskowitz, exdirector de gestión de emergencias de Florida, alertó sobre la posible eliminación de FEMA, propuesta por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. «Si un huracán categoría 4 golpea Luisiana, el estado quebrará», advirtió, subrayando que los estados conservadores sufrirán más sin una agencia operativa.
De la euforia al olvido
El caucus DOGE surgió en enero de 2025 con apoyo bipartidista y la visita de Musk y Vivek Ramaswamy al Capitolio. Sin embargo, los despidos masivos y la eliminación de agencias federales alejaron a los demócratas. Musk avanzó sus reformas sin consultar al grupo, dejando al Congreso «en la oscuridad», según Moskowitz.
Un legado de incertidumbre
El declive del caucus refleja la polarización en torno a las reformas de Musk. Mientras republicanos insisten en legislar cambios, la falta de consenso y el liderazgo unilateral del empresario han dejado el proyecto en un limbo. La eficacia de los recortes sigue en duda, especialmente en servicios críticos como FEMA.