Centros de acogida en Bolivia mezclan menores de 1 a 18 años pese a riesgos
El 76% de los niños reporta violencia entre internos por falta de separación por edades. Un informe del MNPT revela deficiencias en infraestructura, salud y régimen de visitas en 16 centros. La situación vulnera el principio del interés superior del niño.
«Convivencia peligrosa: adolescentes con niños pequeños»
El 3er Informe del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNPT), publicado el 13 de mayo, expone que 8 de 16 centros analizados albergan a menores de 1 año junto a adolescentes de 18. «Esta mezcla genera condiciones para abusos físicos, psicológicos y sexuales», advierte el documento. De los centros visitados, 7 son mixtos, 5 solo para varones y 4 para mujeres.
Infraestructura y servicios básicos
Aunque el 86% tiene edificios exclusivos, solo el 36% dispone de baños en dormitorios. En salud, el 94% cuenta con consultorios médicos, pero centros como Aldeas Infantiles SOS en El Alto dependen de atención externa. El 87% ofrece apoyo psicológico, aunque algunos carecen de espacios adecuados, como «Amor de Dios Penny» en Oruro.
Alimentación y condiciones sanitarias
El 60% de los centros proporciona cinco comidas diarias, pero solo 7 de 16 tienen certificaciones de desinfección en cocinas. Dos instituciones no informaron sobre sus condiciones higiénicas, pese al riesgo de enfermedades.
Violencia y sanciones cuestionables
El 76% de los menores entrevistados reportó peleas entre internos, atribuidas a la falta de normas claras y separación por edades. Un 28% de los centros usa aislamiento físico como castigo, empleando incluso consultorios psicológicos para ello. «Estas prácticas pueden dejar secuelas emocionales», señala el MNPT.
Barreras para el contacto familiar
El 80% exige orden judicial para visitas, limitando los vínculos afectivos. Los encuentros suelen realizarse en comedores o patios por falta de espacios privados. Solo el 20% facilita el acceso sin trámites burocráticos.
Un sistema con luces y sombras
El informe reconoce avances en infraestructura y servicios básicos, pero destaca que la coexistencia de niños y adolescentes, junto a normas disciplinarias ambiguas, requiere intervención estatal urgente. La Defensoría del Pueblo urge a priorizar el interés superior del menor.
¿Hacia una reforma integral?
Las fallas estructurales evidenciadas por el MNPT plantean desafíos para garantizar protección real a menores vulnerables. La efectividad de las medidas dependerá de acciones coordinadas entre instituciones públicas y centros de acogida.