Oposición boliviana se fragmenta ante elecciones 2025

La oposición boliviana presenta seis candidaturas divididas, repitiendo errores históricos que benefician al MAS, según analistas políticos.
Agencia de Noticias Fides - Bolivia
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Oposición boliviana se fragmenta ante elecciones de 2025

Seis candidaturas dividen a los partidos tradicionales mientras el MAS enfrenta sus propias rupturas internas. Analista político critica la incapacidad de aprendizaje histórico de la oposición, que repite errores de los últimos 20 años. El escenario electoral se define en un contexto de desgaste del oficialismo.

«Tropezar mil veces con la misma piedra»

Rolando Telleria, profesor de Ciencia Política de la UMSS, denuncia que la oposición tradicional «no asimila lecciones de sus errores». Señala que su fragmentación en las últimas cuatro elecciones facilitó la hegemonía del MAS, permitiéndole lograr mayorías calificadas en 2009 y 2014. «Son corresponsables del desastre de estos 20 años», afirma.

Oportunidad histórica desperdiciada

Pese a que el MAS ahora enfrenta divisiones internas —entre «evistas», «arcistas», el MTS y MORENA—, la oposición insiste en presentar seis candidaturas. Telleria subraya que esta fragmentación impide capitalizar el momento: «No tienen conciencia de que este es el instante para derrotar al oficialismo».

De la democracia pactada al «abominable engendro»

El texto atribuye el ascenso del MAS a la «eterna falta de visión» de la oposición durante la era de la «democracia pactada». Sus prácticas prebendalistas y corruptas, junto a la ausencia de proyectos inclusivos, allanaron el camino para la consolidación del poder de Evo Morales. Posteriormente, su división en 2019 —pese al pacto inicial— facilitó el retorno del MAS en 2020.

Un ciclo que se cierra sin cambios

La crítica concluye que la oposición sigue siendo «funcional» al proyecto hegemónico del MAS. Su incapacidad para unirse en 2025, sumada al desprestigio por casos de corrupción durante el gobierno de Áñez, refuerza la ventaja del oficialismo. El escenario electoral parece repetir patrones de las últimas dos décadas.