El periodismo boliviano enfrenta crisis por presiones políticas y económicas
La libertad de prensa retrocede en Bolivia por control estatal y crisis financiera. Factores políticos, tecnológicos y culturales reducen la calidad informativa. Expertos alertan sobre el riesgo para la democracia.
«Un oficio bajo asedio»
Durante casi 20 años, los gobiernos bolivianos han intentado controlar o desacreditar el periodismo, usando normas restrictivas, publicidad oficial condicionada y ataques verbales. “Se busca acallar voces críticas y polarizar a los informadores”, señala el análisis. Paralelamente, la caída de ingresos por publicidad y ventas ha obligado a medios a recortar plantillas, reducir salarios o cerrar.
La crisis económica golpea a los medios
La migración de soportes impresos a digitales ha fragmentado audiencias y exigido nuevas habilidades, afectando especialmente a generaciones mayores. Solo unos pocos medios digitales sobreviven con equipos reducidos, mientras la prensa escrita ha perdido el 80% de su diversidad de contenidos desde los años 90.
«Audiencias atrapadas en lo trivial»
La combinación de desinformación, tecnología y cultura del espectáculo ha debilitado la valoración social del periodismo. Las generaciones Y, Z y Alfa consumen información emocional y fugaz, alejada del análisis riguroso. “El ataque contra la razón”, como lo definió Albert Gore, domina ahora la formación de opiniones.
Cuando la prensa era plural
Hasta fines de los 90, Bolivia contaba con más de 20 diarios que ofrecían suplementos especializados en cultura, ciencia y género. Hoy, esos contenidos han desaparecido, reemplazados por información superficial. La credibilidad en los medios se erosiona por la baja calidad formativa de los periodistas y la precarización laboral.
Un llamado antes de que sea tarde
La supervivencia del periodismo profesional en Bolivia depende de frenar su declive institucional y reconectar con audiencias críticas. Sin información confiable, la participación ciudadana y las libertades democráticas peligran, advierte el especialista Torrico Villanueva.