Medusas peine revelan origen de la regulación genética distal

Un estudio en Nature descubre que la regulación genética distal evolucionó hace 650-700 millones de años en ancestros marinos, usando medusas peine como modelo.
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Primer plano de un organismo marino translúcido sobre fondo negro.
Una imagen detallada de un ser marino con estructura gelatinoso y simetría central.

Medusas peine descubren origen primitivo de la regulación genética

Un estudio en Nature revela que el control genético distal evolucionó hace 650-700 millones de años. Investigadores del CRG y CNAG analizaron genomas de especies antiguas, como la medusa «nuez de mar», para rastrear este mecanismo clave en la evolución animal.

«El ADN se pliega en bucles para activar genes distantes»

El estudio demuestra que la regulación genómica distal surgió 150 millones de años antes de lo estimado. Esta capacidad permite que regiones alejadas del gen activen su función mediante bucles tridimensionales en el ADN. «Probablemente apareció en un ancestro marino común a todos los animales», explica el equipo.

La técnica que lo hizo posible

Los científicos usaron Micro-C, un método para mapear el plegamiento del ADN en 11 especies. Analizaron 10.000 millones de datos, descubriendo que las medusas peine (Mnemiopsis leidyi) tienen más de 4.000 bucles genómicos, a pesar de su genoma pequeño (200 millones de letras).

De criaturas simples a animales complejos

La investigación comparó animales no bilaterales (medusas, esponjas) con sus parientes unicelulares. Solo los primeros mostraron regulación distal. «Esta capa de complejidad permitió crear tejidos especializados sin nuevos genes», destaca la dra. Iana Kim (CRG-CNAG).

Un salto en la evolución

Hace 700 millones de años, el plegamiento controlado del ADN marcó un hito. Mientras la regulación genética básica existe desde los orígenes de la vida, los bucles 3D permitieron a los primeros animales multicelulares diversificarse.

Mirando al futuro con ojos ancestrales

El hallazgo redefine la comprensión de la evolución genómica. Las medusas peine, consideradas «fósiles vivientes», ofrecen claves sobre cómo se desarrolló la complejidad biológica. Los investigadores subrayan que estudiar especies antiguas sigue revelando mecanismos universales.