Excongresista George Santos condenado a más de 7 años de prisión por fraude
El exrepresentante republicano fue sentenciado el 25 de abril en Nueva York. Santos, expulsado del Congreso, se une a la reducida lista de legisladores estadounidenses que han pisado la cárcel. Un excolega, Bob Ney, comparte consejos para su adaptación.
«Si sobreviviste al Congreso, sobrevivirás a prisión»
Bob Ney, excongresista que cumplió 17 meses por corrupción, asegura que las habilidades políticas serán útiles para Santos. «El Capitolio puede ser un lugar despiadado; la prisión no es muy diferente», afirmó. Recomienda al exlegislador mantener perfil bajo, evitar inventar historias y ayudar a otros reclusos.
De comités a celdas
Ney detalla que los privilegios del Congreso (comedores privados, ascensores) desaparecen en prisión. «Allí todos te ven como un igual, pero cargas con el estigma de haber sido un privilegiado», explica. Relata que, durante su encierro, perdió 68 kilos caminando en el patio y ayudó a otros presos con talleres laborales.
Los riesgos de la fama
Santos teme represalias de pandillas como MS-13 por sus votos contra el crimen organizado. Ney, sin embargo, resta importancia: «En prisión, todos están allí por sus propios errores». Cuenta que un recluso lo reconoció por una ley que apoyó, pero la situación se resolvió con diálogo.
Un viaje sin atajos
Santos es el primer congresista expulsado en décadas que enfrenta una condena larga (7 años) por fraude y robo de identidad. Su caso revive el escándalo de Abramoff (2006), donde Ney y otros políticos cayeron por sobornos. Ambos ilustran cómo el poder puede derivar en delito.
Lecciones tras las rejas
La experiencia de Ney sugiere que Santos deberá enfocarse en actividades educativas y evitar el aislamiento. Sin acceso a internet ni privilegios, su adaptación dependerá de su capacidad para integrarse. El excongresista insiste: «La humildad y la honestidad son claves para sobrevivir».