Ecuador crea corredor ecológico Cuyabeno-Yasuní

Ecuador lanza un corredor ecológico de 300.000 hectáreas para proteger la biodiversidad amazónica, con participación indígena y desarrollo sostenible.
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Una persona con gafas y suéter de rayas en un entorno interior, realizando un gesto con las manos.
Una imagen de una persona con gafas y un suéter de rayas azules y blancas, gesticulando con las manos en una conversación.

Ecuador crea corredor ecológico Cuyabeno-Yasuní para proteger biodiversidad

El proyecto conectará 300.000 hectáreas de selva amazónica. La iniciativa, presentada el 8 de mayo de 2025, busca conservar especies y promover desarrollo sostenible con participación indígena. Involucra a gobiernos locales, comunidades y organizaciones como WWF.

«Unir ecosistemas y culturas para la sostenibilidad»

El corredor enlazará la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno y el Parque Nacional Yasuní, garantizando la migración de especies y la gestión participativa de recursos. Según Glenda Ortega, subsecretaria de Patrimonio Natural, «el mérito es de las prefecturas y comunidades que asumieron la conservación como desarrollo».

Turismo y producción sostenible

El proyecto impulsará ecoturismo y agropecuaria sustentable, tomando como modelo el Corredor Ecológico AFNAT. Ortega destacó que «el turismo se fortalece con la conservación», generando ingresos sin dañar el entorno.

Protagonismo indígena

Las comunidades locales son reconocidas como «guardianes del territorio» y actores clave en decisiones. Ortega enfatizó que cualquier acción en sus tierras se coordina con ellos, pues «en la Amazonía está el mayor porcentaje de bosque conservado».

Convivencia con actividades extractivas

Aunque persisten explotaciones petroleras en la zona, Ortega las calificó de «coexistente» con los esfuerzos de restauración. «Dependemos de esa actividad, pero prevalece la conservación del Yasuní», afirmó.

Un legado de conservación compartida

El corredor surge de un trabajo conjunto entre el Gobierno ecuatoriano, prefecturas, WWF y comunidades indígenas. Su diseño prioriza la biodiversidad y los saberes ancestrales, en una región donde el 60% del territorio amazónico está bajo protección.

Un puente verde hacia el futuro

La eficacia del proyecto dependerá de mantener el equilibrio entre conservación, desarrollo económico y derechos indígenas. Su implementación podría servir como referencia para iniciativas similares en la región amazónica.