EEUU y China reducen aranceles para evitar daño económico mutuo
Ambos países acuerdan rebajas de hasta tres dígitos en tasas arancelarias. El pacto busca aliviar tensiones comerciales en un contexto de presión económica global. Se negoció en Ginebra con participación de altos funcionarios.
«Nadie gana en una guerra comercial total»
El acuerdo firmado este fin de semana reconoce que una ruptura económica completa sería «demasiado dolorosa» para ambas potencias, según declaró el Secretario del Tesoro Scott Bessent. Aunque se mantiene un arancel del 30% a productos chinos, la reducción evita medidas más drásticas que ya afectaban a fábricas y puertos en ambos países.
Concesiones de última hora
China eliminó «todas las contramedidas no arancelarias» y aceptó aranceles relacionados al fentanilo, mientras EEUU permitió «una pequeña capacidad de retaliación» exclusiva para Pekín. Las nuevas tasas entrarán en vigor por 90 días, según un funcionario no identificado de la administración Trump.
Presiones en ambos lados del Pacífico
En EEUU, el sector manufacturero redujo empleos y los puertos alertaron sobre caídas en embarques. En China, fábricas cerraron y el crecimiento se vio afectado por el sector inmobiliario y menor consumo interno. «Ambos intentan mostrar que el otro estaba más desesperado», analizó Nicholas Borst de Seafarer Capital Partners.
Cuando la geopolítica choca con la economía
El conflicto inició cuando Trump impuso aranceles del 145% el 2 de abril, afectando el 20% del PIB chino vinculado a exportaciones. Pekín respondió restringiendo suministros críticos como imanes de tierras raras, vitales para industrias estadounidenses de defensa y automotriz.
Alivio temporal con secuelas duraderas
El acuerdo mitiga pero no elimina impactos: el arancel promedio efectivo en EEUU sigue en 17.8%, el más alto desde 1937. Expertos advierten que reencauzar cadenas de suministro desviadas a Latinoamérica y Asia tomará meses, afectando inventarios para ventas de verano y regreso a clases.