La carne en Bolivia y su dependencia del dólar

Un análisis detallado desmonta la afirmación oficial de que el precio de la carne no está ligado al dólar, revelando la alta dependencia de insumos importados en la ganadería boliviana.
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Vaca con elementos ilustrativos sobre alimentación y producción.
Una imagen que ilustra cómo los factores internacionales afectan la producción ganadera, destacando insumos importados y el origen de productos finales.

Autoridad afirma que el precio de la carne no depende del dólar

Un funcionario aseguró que la carne no está ligada al tipo de cambio, desatando críticas por ignorar la dependencia de insumos importados en la ganadería boliviana. El artículo desmonta esta afirmación con datos sobre la cadena productiva, publicados el 6 de mayo de 2025.

«La vaca boliviana, un ensamblaje global»

El columnista Gonzalo Chávez Álvarez rebate la declaración con un análisis detallado: «El 90% de los insumos ganaderos son importados», desde alimentos hasta tecnología. «El novillo cruceño no se alimenta de ch’ampa y amor patrio», ironiza.

Dependencia en cada eslabón

Alimentación: Maíz, concentrado y suplementos vienen del exterior. Incluso la soya local usa diésel importado.
Salud animal: Vacunas, medicamentos y material genético (semen/embriones) son traídos de Argentina, Brasil e India.
Infraestructura: Ordeñadoras, paneles solares y hasta el alambre de cercos provienen de China o Chile.

Energía: otro eslabón importado

El proceso completo, desde la cría hasta el transporte, funciona con diésel extranjero. «Hasta los paneles solares en haciendas son de Shanghái», señala el texto.

Cuando la retórica choca con la realidad

El artículo subraya que la carne boliviana es un producto «ensamblado», no local. «Un bife chaqueño contiene insumos de 5 países», ejemplifica. La crítica apunta a funcionarios que «confunden discursos con datos».

Ganadería en tiempos de globalización

Bolivia produce ganado, pero sin autonomía en la cadena de valor. Desde 2020, la dependencia de insumos externos se ha agudizado por la falta de industria nacional para suplir fertilizantes, maquinaria o tecnología veterinaria.

Un menú con sello internacional

El análisis concluye que el precio de la carne sí está atado al dólar, por la necesidad constante de importar. Sugiere que las autoridades visiten «corrales, no salas de prensa» antes de emitir declaraciones técnicas.