Cónclave 2025 enfrenta injerencias externas en elección papal
China, EE.UU. y Alemania intentan influir en la votación de los 120 cardenales. El proceso, que comenzó el 7 de mayo en el Vaticano, busca un sucesor para Francisco bajo presiones políticas y mediáticas.
«El ‘castillo santo’ bajo asedio»
Aunque el cónclave se desarrolla en secreto en la Capilla Sixtina, países como China han violado acuerdos con el Vaticano para desacreditar al candidato Pietro Parolin, vinculado al polémico pacto sobre obispos chinos. «El peligro de injerencia existe», advierte el periodista Javier Martínez Brocal.
Actores clave y sus estrategias
China nombró unilateralmente un obispo tras la muerte de Francisco, mientras Alemania publicó una guía para bendecir parejas homosexuales, contradiciendo la doctrina vaticana. EE.UU., por su parte, tiene como favorito al cardenal Timothy Dolan, cercano a Donald Trump.
Un acuerdo que divide
El cardenal Parolin enfrenta críticas por el acuerdo con China, que permite al Gobierno comunista designar obispos. Católicos chinos lo acusan de «mentiras descaradas», mientras analistas ven en las acciones de Pekín un intento de bloquear su elección.
De frescos a fumatas
El proceso requiere dos tercios de votos para evitar papados extremistas. Los cardenales priorizan un perfil que enfrente polarización y crisis globales, inspirado en la encíclica Fratelli Tutti de Francisco. La elección podría prolongarse hasta nueve días.
Legado en juego
El cónclave ocurre en un contexto de tensiones geopolíticas y divisiones eclesiales. La elección definirá no solo el futuro de la Iglesia católica, sino también su relación con potencias mundiales y temas sociales controvertidos.
Humo blanco, decisiones grises
El nuevo papa heredará desafíos como el control chino sobre la Iglesia, la agenda reformista alemana y la polarización global. Su capacidad de consenso marcará el rumbo de los 1.300 millones de católicos.