Cardenal Robert Prevost es elegido papa y adopta el nombre de León XIV
El estadounidense de 69 años sucede a Francisco tras cuatro votaciones en el cónclave. Prevost, con raíces peruanas y trayectoria misionera, se convierte en el pontífice número 267 de la Iglesia católica. Su elección marca un giro hacia la continuidad del legado reformista.
«Un papa multicultural y políglota para tiempos complejos»
Robert Francis Prevost fue elegido este 8 de mayo de 2025 tras la fumata blanca en la Capilla Sixtina, ante miles de fieles en la plaza de San Pedro. «Habemus Papam», anunció el cardenal protodiácono Dominique Mamberti, confirmando al sucesor de Francisco. León XIV —nombre elegido en honor a 13 papas anteriores— bendijo a la multitud en su primera aparición pública.
Perfil del nuevo pontífice
Nacido en Chicago pero naturalizado peruano, Prevost pasó cuatro décadas como misionero agustino en Perú, donde fue obispo de Chiclayo. Domina seis idiomas y dirigía el Dicasterio para los Obispos en el Vaticano. Su elección refleja «un equilibrio entre reforma y tradición», según analistas.
El peso de un nombre histórico
León XIV evoca a papas como León I (quien frenó a Atila) o León XIII (autor de la encíclica social Rerum Novarum). El nombre, asociado a liderazgo en crisis, sugiere continuidad con Francisco, aunque su nacionalidad estadounidense genera expectativas sobre su relación con el conservadurismo global.
Un cónclave sin fisuras
Los 133 cardenales electores alcanzaron consenso en cuatro votaciones. Prevost, cercano a Francisco pero discreto, logró unificar facciones. Su edad (69 años) y salud apuntan a un pontificado prolongado, centrado en migrantes, medioambiente y estructuras eclesiales.
Cuando el nombre es un mensaje
Los 13 «León» anteriores gobernaron entre el siglo V y 1903, marcando hitos como la coronación de Carlomagno (León III) o la Reforma protestante (León X). La elección de Prevost revive un símbolo de fortaleza tras 122 años sin papas con este nombre.
Una bendición para el futuro
El nuevo papa enfrenta el desafío de consolidar reformas en una Iglesia con divisiones internas. Su trayectoria multicultural y enfoque pastoral serán claves para conectar con fieles en América y Europa. El mundo católico espera ahora sus primeras decisiones doctrinales y diplomáticas.