Embajadores advierten contra aranceles de Trump a películas extranjeras
Australia y Reino Unido rechazan la propuesta de impuestos del 100%. Los diplomáticos defendieron el cine como herramienta diplomática durante un foro en Los Ángeles. Trump justifica la medida como protección para la industria estadounidense.
«No queremos un impuesto para Bluey»
El embajador australiano Kevin Rudd, ex primer ministro, alertó que el popular dibujo animado «Bluey» podría verse afectado. «Las películas son cómo nos entendemos», declaró en la Conferencia Global del Milken Institute. La propuesta de Trump, anunciada el domingo, busca gravar «todas las películas extranjeras» por considerarlas una «amenaza de seguridad nacional».
Reacción internacional
El embajador británico Peter Mandelson coincidió: «No nos entusiasman los aranceles a coches ni a películas», citando ejemplos como James Bond. Luxemburgo, a través de su embajadora Nicole Bintner, destacó el cine como «herramienta para unir culturas», basándose en su experiencia con cineastas africanos.
Hollywood bajo presión
El gobernador de California, Gavin Newsom, propuso duplicar los incentivos fiscales para producciones locales, ante la fuga de rodajes a otros países. Estudios priorizan destinos con menores costes laborales y beneficios fiscales, según el texto.
Cuando el cine cruza fronteras
Rudd recordó el filme australiano «The Dish» (2000), sobre cómo su país transmitió el alunizaje del Apolo 11 tras un fallo técnico en EE.UU. «Esto muestra la colaboración global que el cine representa», afirmó.
¿Proteccionismo o aislamiento cultural?
La medida de Trump polariza la industria mientras los embajadores insisten en que las barreras comerciales dañarían el intercambio cultural. Su impacto dependerá de la implementación final por parte del Departamento de Comercio.