Republicanos de EE.UU. enfrentan obstáculos para aprobar megaproyecto de ley
El plazo autoimpuesto por el presidente de la Cámara, Mike Johnson, para finales de mayo parece inviable. Las divisiones internas y disputas sobre recortes a programas sociales retrasan el plan estrella del partido. El texto aún no consensuado enfrenta también el rechazo del Senado.
«Un sprint convertido en carrera de obstáculos»
La Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, no logra unificar posiciones sobre el alcance de los recortes a Medicaid (programa de salud para personas de bajos ingresos) y a ayudas alimentarias. “No estamos en la misma página, ni siquiera dentro de la Cámara”, admitió el congresista Chip Roy, del ala más conservadora. A esto se suman propuestas controvertidas, como un impuesto a vehículos que fue retirado en menos de 24 horas tras el rechazo generalizado.
Fricciones clave
El Comité de Energía y Comercio debate cómo reducir el gasto en Medicaid, mientras legisladores de estados que expandieron el programa advierten que no tienen los votos para aprobarlo. En Agricultura, el objetivo de recortar 230.000 millones de dólares al principal programa contra el hambre genera “fuerte rechazo de los centristas”. El congresista Derrick Van Orden abandonó una reunión al calificar de “inviable” transferir costos de ayudas alimentarias a los estados.
El Senado marca distancias
Los republicanos en la Cámara alta descartan apoyar cambios radicales en Medicaid o ayudas alimentarias. Su enfoque se limita a “requisitos laborales más estrictos” y verificación de elegibilidad, según fuentes anónimas. El senador Josh Hawley afirmó que “varios colegas de la Cámara Baja” le confesaron oponerse a los recortes propuestos. El líder de la mayoría, John Thune, aspira a cerrar negociaciones para el 4 de julio, pero lo considera “optimista”.
Un legado fiscal en juego
El proyecto, promovido como la gran reforma doméstica de los republicanos, busca reducir el déficit en 2 billones de dólares. Sin embargo, facciones como la del senador Ron Johnson exigen “volver a niveles de gasto prepandemia” (un recorte de 6 billones). La presión electoral también pesa: legisladores temen que votos impopulares en la Cámara sean usados en su contra en las elecciones de 2026.
Acuerdo lejano, alcohol cerca
El senador John Kennedy resumió el escenario: “No habrá consenso” y será necesario que el expresidente Donald Trump medie. “Esto requerirá alcohol, no café”, bromeó. Mientras, el reloj avanza para Mike Johnson, cuyo margen para cumplir su plazo se estrecha entre divisiones internas y un Senado reacio a heredar conflictos.