Novela cuestiona el aislamiento social en trenes modernos

Daniel Glattauer revive diálogos fortuitos en trenes, contrastando con la realidad actual donde la tecnología inhibe la interacción. ¿Deberíamos conversar más con desconocidos?
ZEIT ONLINE
Persona usando un portátil cerca de una ventana en el interior de un transporte.
Individuo utilizando un ordenador portátil mientras está sentado junto a una ventana en un medio de transporte.

Novela cuestiona el aislamiento social en los trenes modernos

Un libro de Daniel Glattauer revive los diálogos fortuitos entre viajeros. La obra contrasta con la realidad actual, donde el WLAN y los auriculares inhiben la interacción. Publicado el 30 de abril de 2025, plantea si deberíamos conversar más con desconocidos.

«¿Hablar con extraños? Suena a ficción»

El autor austriaco Daniel Glattauer presenta en In einem Zug un encuentro ficticio entre un escritor y una terapeuta durante un viaje en tren. Aunque la trama parece «poco realista» en la era digital, la novela destaca por su reflexión sobre el aislamiento social. Los personajes terminan debatiendo sobre matrimonio y vida personal, algo raro hoy según el artículo.

Estudio versus realidad

La investigación de Nicholas Epley y Juliana Schroeder (2014) revela que quienes hablan con desconocidos en transporte público reportan mayor felicidad. Pese a ello, los viajeros prefieren aislarse con tecnología. «Tratamos a los demás como rocas», critica Epley. El artículo menciona que esta dinámica es común en rutas como Innsbruck-Viena.

De postales a pantallas

Antes, los vagones con diseño de diligencias fomentaban charlas espontáneas sobre música o trabajo. Hoy, la arquitectura en filas y el «Noise-Cancelling» reducen la interacción. El columnista prueba a desconectarse en un trayecto entre St. Pölten y Amstetten, buscando replicar la experiencia del libro.

Un café para romper el hielo

El texto cierra con un intento práctico: dejar el portátil y acercarse al café del tren. La conclusión es clara: aunque incómodo, conversar enriquece. Si falla, al menos sirve de inspiración para nuevas columnas, bromea el autor.