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Neo Rauch rechaza debates políticos y defiende su arte

El pintor alemán Neo Rauch evita discusiones políticas para centrarse en su obra, revelando su lucha contra críticas y su inspiración en el siglo XIX.
ZEITmagazin
Persona sosteniendo un perro pequeño mientras sale por una puerta de vidrio.
Una imagen de una persona sosteniendo un perro pequeño mientras atraviesa una puerta de vidrio adornada por un marco de ladrillos.

Neo Rauch rechaza debates políticos y defiende su arte en Leipzig

El pintor alemán evita hablar de política para centrarse en su obra. En una entrevista exclusiva en su taller, Rauch revela su lucha contra las críticas y su nostalgia por el siglo XIX. Sus cuadros, cargados de simbolismo, reflejan traumas de su infancia.

«Prefiero ser solo un pintor, no un símbolo político»

Neo Rauch, considerado uno de los artistas más cotizados de Alemania, admitió que «avanza de puntillas» en los debates públicos para evitar polémicas. «Yazgo por la noche con los puños apretados», confesó, al describir su frustración ante las interpretaciones ideológicas de su trabajo. Sus obras, inspiradas en un ideal estético del siglo XIX, rechazan explícitamente el arte urbano como grafitis o tatuajes.

El refugio de la Spinnerei

Su taller en Leipzig, ubicado en una antigua fábrica textil, se ha convertido en un bastión de su visión artística. Rauch critica la «fealdad» del mundo contemporáneo y añora la elegancia decimonónica en arquitectura y moda. Pese al éxito comercial, insiste en que «no busca ser comprendido, sino pintar».

Heridas que inspiran pinceladas

La infancia de Rauch, marcada por experiencias traumáticas, se plasma en sus lienzos a través de símbolos recurrentes. Aunque evita detalles personales, reconoce que su arte es terapéutico. Esta conexión emocional contrasta con su rechazo a que se lean mensajes políticos en sus creaciones.

Un romántico en la era del aerosol

Rauch pertenece a la corriente de la Nueva Escuela de Leipzig, que revitalizó la pintura figurativa tras la reunificación alemana. Su estilo, influenciado por el realismo socialista y el surrealismo, genera controversia por su aparente conservadurismo estético en un entorno artístico dominado por corrientes vanguardistas.

Silencio como declaración

Al negarse a participar en discusiones ideológicas, Rauch reafirma su postura: el arte debe juzgarse por su técnica, no por su mensaje. Su caso refleja la tensión entre creadores e interpretes en un mundo hiperpolitizado.