Neurociencia revela claves para aumentar productividad laboral

Expertos en neurociencia explican cómo optimizar el rendimiento laboral adaptando rutinas al funcionamiento cerebral, con estrategias aplicadas en empresas como Google y BMW.
ZEIT ONLINE
Mesa desordenada con una taza derramada, tijeras y herramientas.
Un espacio de trabajo desordenado con café derramado y varias herramientas y objetos alrededor.

Expertos en neurociencia revelan claves para aumentar la productividad laboral

Según estudios, aplicar métodos basados en el cerebro podría quintuplicar el rendimiento. Friederike Fabritius y Volker Busch, especialistas en neurociencia, explican cómo optimizar el trabajo siguiendo los ritmos naturales de la mente. Sus estrategias se han aplicado en empresas como Google y BMW.

«Trabajar con el cerebro, no contra él»

La neurocientífica Friederike Fabritius afirma que «los empleados podrían ser cinco veces más productivos» si adaptaran sus rutinas al funcionamiento cerebral. El problema actual, señala, es que las personas ignoran sus ritmos biológicos y mantienen hábitos contraproducentes, como el exceso de multitarea o la falta de pausas.

Estrategias respaldadas por la ciencia

Entre las recomendaciones clave destacan: planificar tareas críticas en las horas de mayor concentración, dividir proyectos en pasos pequeños y escuchar al subconsciente durante procesos creativos. También proponen limitar las interrupciones y reforzar la motivación mediante el reconocimiento de fortalezas.

De la teoría corporativa a la mesa de trabajo

Estos métodos ya se implementan en multinacionales como SAP y BMW, donde Fabritius ha capacitado a ejecutivos. La clave está en personalizar las estrategias, ya que cada cerebro tiene patrones únicos de energía y atención. El artículo subraya que forzar ritmos contrarios a la biología genera estrés y baja eficiencia.

Un cerebro en entornos hostiles

Los expertos comparan el trabajo actual con «correr sobre hielo»: las oficinas suelen combinar ruido, interrupciones y horarios rígidos que contradicen los ciclos naturales de productividad. Esto, sumado a hábitos como el sedentarismo, reduce drásticamente el potencial cognitivo según los estudios citados.

Pequeños cambios, grandes diferencias

Incorporar estas técnicas no requiere overhaul sistémico, sino ajustes como proteger las mañanas para tareas complejas o programar descansos regulares. La neurociencia demuestra que el cerebro responde mejor a cambios graduales, lo que facilita la adopción de nuevos hábitos sin colapsar sus sistemas de adaptación.