Recortes federales en Medicaid ponen en aprietos a la gobernadora Hochul
Nueva York podría perder parte de sus 124.000 millones de dólares en fondos para Medicaid. La gobernadora demócrata Kathy Hochul enfrenta presión política por posibles ajustes, mientras culpa a los republicanos del Congreso. El presupuesto estatal, ya retrasado, no incluye medidas contingentes.
«No podemos materializar dinero de la nada»
Hochul advierte que el estado no puede compensar los recortes federales, que cubren el 60% del gasto en Medicaid. «Si no actúan, son cómplices de este ataque», criticó a los republicanos, incluido su rival político Mike Lawler. El comisionado de Salud, James McDonald, admitió que cualquier cambio generará oposición, incluso si no afecta a la atención médica.
Un presupuesto bajo presión
El plan de Hochul aumenta un 7% el presupuesto de Medicaid, pero expertos lo califican de «imprudente» ante la incertidumbre federal. Bill Hammond, del Empire Center, alertó: «Retrasar los ajustes empeorará los recortes futuros». Mientras, republicanos estatales exigen fondos contingentes y revisar gastos sanitarios.
Riesgo electoral en juego
La popularidad de Hochul repunta, pero 7 millones de neoyorquinos dependen de Medicaid —un 45% en el distrito de Lawler—. Legisladores como Gustavo Rivera proponen gravar a los ricos y ahorrar ante posibles recortes. Lawler replicó: «Es ridículo que critiquen mientras aumentan el gasto estatal».
Medicaid: la bomba de tiempo demográfica
El programa enfrenta crecimiento «insostenible», especialmente en cuidados a largo plazo para adultos mayores, que representan el 60% del gasto. La población envejecida y 900.000 nuevos inscritos postpandemia tensionan el sistema. Un impuesto a aseguradoras solo compensaría una fracción.
Albany espera, pero el reloj avanza
Hochul y los líderes legislativos evitan planes concretos, apostando por una sesión especial posterior. Analistas advierten que la inacción profundizará los ajustes necesarios. Mientras, el debate sigue polarizado: demócratas culpan a Washington y republicanos acusan mala gestión estatal.