Cuomo no revela sus clientes como consultor pese a liderar carrera por alcaldía

El favorito a la alcaldía de Nueva York se compromete a evitar conflictos de interés, pero no detalla quiénes fueron sus clientes. La polémica surge en medio de escándalos de corrupción en el gobierno local. Organizaciones exigen transparencia, recordando que el propio Cuomo impulsó leyes de ética cuando fue gobernador.

«Un sistema basado en la confianza»

Andrew Cuomo, exgobernador y favorito en las primarias demócratas, se niega a revelar los clientes de su firma de consultoría legal, Innovation Strategies, con la que facturó más de 500.000 dólares en 2024. Su portavoz, Richard Azzopardi, defendió que «no ha representado clientes ante agencias estatales o municipales», pero admitió que, de ser elegido, entregaría una lista confidencial a la Junta de Conflictos de Intereses (COIB).

Críticas por opacidad

Susan Lerner, de Common Cause Nueva York, insistió: «Es simple: debe decir quiénes fueron sus clientes y cómo se abstendría de decisiones que los beneficien». La COIB aclaró que no supervisa relaciones pasadas de los funcionarios, lo que hace imposible verificar sus promesas. Organizaciones como Reinvent Albany piden al menos revelar sectores y montos cobrados.

El pasado ético que lo persigue

Como gobernador en 2011 y 2015, Cuomo impulsó leyes para que legisladores estatales divulgaran sus clientes privados, argumentando que «la transparencia restaura la confianza pública». La senadora Liz Krueger recordó: «Apoyó esto para otros; debería aplicárselo». La ironía resalta al compararse con el exjefe de gabinete de Eric Adams, Frank Carone, quien también enfrentó críticas por conflictos similares.

Nueva York bajo la lupa

La alcaldía maneja contratos millonarios y regula sectores clave como bienes raíces, lo que aumenta el riesgo de favorecer a antiguos clientes. Un ejemplo: Bloomberg reveló que Cuomo asesoró a una plataforma de criptomonedas investigada federalmente. John Kaehny, de Reinvent Albany, subrayó: «El ayuntamiento ha sufrido escándalos de tráfico de influencias. Es razonable pedir transparencia».

¿Confianza o contradicción?

La estrategia de Cuomo depende de que los votadores crean en su palabra, sin pruebas concretas. Mientras, su historial como promotor de ética choca con su opacidad actual. El resultado electoral dirá si la ciudad acepta su sistema de «honor» o exige, como él mismo hizo antes, rendición de cuentas.