Ayoreos levantan temporalmente bloqueos en rutas de Santa Cruz
Protestas se reanudarán el lunes con mayor intensidad. Indígenas mantienen su demanda de revocatoria contra la asambleísta Giliana Etacore. Carreteras clave a Beni y Chiquitania recuperan circulación este fin de semana.
«Un cuarto intermedio para recibir a hermanos de Paraguay»
Los ayoreos suspendieron este sábado los bloqueos en Cuatro Cañadas, Yacuses, San José de Chiquitos y El Buen Samaritano (ruta bioceánica). Rocío Picaneré, representante del pueblo, explicó que la pausa busca atender a una delegación paraguaya, pero «no hubo diálogo con autoridades». El lunes retomarán las protestas, sumando al municipio Concepción.
Carreteras en tensa calma
Los bloqueos, iniciados el miércoles, habían generado largas filas de vehículos. Aunque se levantaron el viernes por la tarde, se reinstalaron brevemente esa misma noche. Este sábado permanecen despejadas, pero transportistas y autoridades anticipan nuevos cortes.
El corazón del conflicto
La principal exigencia es la revocatoria de Giliana Etacore, asambleísta departamental indígena. Los manifestantes reclaman una respuesta del Tribunal Electoral y la Gobernación cruceña. «Si no hay solución, intensificaremos las medidas», advirtió Picaneré.
Un conflicto que escala
Las protestas comenzaron en un solo punto (El Buen Samaritano) y en tres días se extendieron a cuatro. Concepción sería el quinto foco de bloqueo, según anunciaron los líderes ayoreos. La Chiquitania y Beni, regiones conectadas por estas rutas, son zonas críticas para el transporte de mercancías y pasajeros.
Sin diálogo, sin solución
Pese a la tregua temporal, no hubo acercamientos formales entre los manifestantes y el gobierno departamental. La falta de avances en su demanda central mantiene el conflicto latente, con repercusiones económicas y logísticas para la región.
El lunes vuelve la presión
La circulación vehicular podría verse nuevamente interrumpida desde las 00:00 del lunes. Los ayoreos prometieron «protestar con mayor fuerza», mientras la Gobernación de Santa Cruz enfrenta el desafío de evitar un escalamiento del conflicto.