Productores de soya exigen levantar veto a exportaciones en Bolivia
El sector genera hasta 150.000 empleos y proyecta exportar 1.500 millones de dólares en 2025. La prohibición gubernamental, sumada a la escasez de diésel y dólares, afecta la cadena productiva. Productores e industriales advierten sobre pérdidas del 50% en cultivos.
«La ruta de la soya está llena de baches»
La cadena productiva, que abarca desde campos cruceños hasta industrias como Inolsa, enfrenta múltiples obstáculos. El veto a exportaciones, impuesto en enero para asegurar el abastecimiento interno, es el más reciente. «Necesitamos liberación para exportar como todo el mundo», reclama Fernando Romero, presidente de ANAPO.
Falta de diésel y dólares
Transportistas como Eulogio Moya redujeron sus viajes a la mitad por las largas colas en surtidores. Los productores reportan mermas del 50% por sequías, agroquímicos caros y restricciones a biotecnología. «El Gobierno importa transgénicos de Argentina pero nos prohíbe usarlos», critica Paulino Sánchez, agricultor de Cuatro Cañadas.
Impacto industrial y avícola
Inolsa, una de las principales plantas procesadoras, exporta el 60% de su producción de torta de soya a Ecuador, Chile y Perú. La industria avícola depende en un 65% de este insumo para alimentar 260 millones de aves anuales, según la ADA. Sin acceso a mercados externos, ambos sectores temen un colapso.
Un cultivo que mueve Santa Cruz
La soya representa el 97% de la producción agrícola cruceña, con 2,3 millones de toneladas previstas para 2025. Aunque el ministro Yamil Flores evalúa levantar el veto en 10 días, los productores insisten en que 800.000 toneladas ya cubren la demanda local y el excedente debe comercializarse.
Esperando la luz verde
La decisión gubernamental marcará el futuro inmediato de un sector que aporta el 5% al PIB nacional. Mientras, transportistas, agricultores e industriales operan a media capacidad, con pérdidas acumuladas y empleos en riesgo.