Moody’s rebaja calificación de riesgo de Bolivia a Ca
La agencia degrada la solvencia del país a «extremadamente especulativa». El informe señala riesgos de default a largo plazo, aunque el Gobierno insiste en cumplir sus pagos. La calificación empeora por sexto año consecutivo desde 2020.
«De riesgo sustancial a especulativo: la caída libre»
Moody’s Ratings rebajó el 17 de abril la calificación de emisor y deuda del Estado boliviano de Caa3 a Ca, manteniendo perspectiva «estable». «Pasamos por encima del CCC-, lo que refleja un deterioro estructural», explicó Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija. El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, rechazó el análisis: «En seis informes erraron al predecir default».
Las razones de la rebaja
La agencia atribuye la decisión a una gobernanza débil, riesgo de crisis cambiaria y presión fiscal. Romero detalló factores clave: caída del 90% en las Reservas Internacionales Netas (RIN) en una década, déficit fiscal sostenido por 11 años y deuda pública del 80% del PIB. Además, señaló la balanza comercial negativa y los subsidios a carburantes como lastres.
La postura oficial
Montenegro defendió en Bolivia TV que el país ha pagado puntualmente 1.215 millones de dólares en deuda en dos años. «Es como el cuento del lobo: siempre anuncian incumplimiento y no ocurre», comparó. Sin embargo, Romero advirtió que la calificación Ca acerca a Bolivia a un escenario de «impago» si no se aplican políticas pragmáticas.
Cinco años en picada
La revisión histórica muestra seis rebajas consecutivas desde 2020, cuando Bolivia tenía calificación B1. En 2024 bajó a Caa3 y ahora a Ca. «No es coyuntural, sino causal: refleja problemas de liquidez, tipo de cambio fijo y crisis política», subrayó Romero. El informe reconoce que una mejor gobernanza podría estabilizar la economía.
¿Default o recuperación?
Moody’s proyecta riesgos a largo plazo, pero deja margen para revertir la tendencia. Mientras el Gobierno insiste en su solvencia, los economistas alertan que la calificación Ca disuade inversiones. La eficacia de futuras medidas económicas determinará si Bolivia evita el impago o profundiza su crisis crediticia.