El Vaticano inicia el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco
123 cardenales electores decidirán al nuevo pontífice en un proceso secreto. El ritual, que comienza entre 15 y 20 días tras la muerte del Papa, se celebra en la Capilla Sixtina bajo estrictas normas de hermetismo.
«Un ritual milenario bajo llave»
La elección del Papa es un proceso regulado desde 1274, donde los cardenales menores de 80 años votan en secreto hasta alcanzar consenso. «El cónclave significa ‘con llave'», destaca el protocolo, que incluye el aislamiento total de los electores y el registro de la Capilla Sixtina para evitar filtraciones.
Las etapas clave
El proceso inicia con una misa en la Basílica de San Pedro y culmina con la fumata blanca, señal de que se ha elegido al nuevo pontífice. Las votaciones pueden durar días, requiriendo inicialmente una mayoría de dos tercios. «No hay candidatos oficiales; cada cardenal vota según su conciencia», explica el procedimiento.
El perfil de los electores
De los 223 cardenales del Vaticano, solo 123 (con una edad media de 71 años) pueden participar. Los demás superan los 80 años y quedan excluidos. Benedicto XVI modificó las normas en 2013, permitiendo acelerar el cónclave si todos los electores están presentes.
De la Capilla Sixtina al mundo
Tras la elección, el decano pregunta al elegido si acepta el cargo y su nombre pontificio. El anuncio formal lo hace el cardenal protodiácono con el «Habemus papam», seguido de la primera bendición urbi et orbi desde la Plaza de San Pedro.
Un legado que trasciende lo religioso
El Papa no solo lidera a 1.300 millones de católicos, sino que su figura influye en diplomacia y política global. La elección atrae atención mundial, incluso de no creyentes, por su impacto social y simbólico.
El humo blanco marcará el final
El proceso, aunque meticuloso, depende de acuerdos internos. La fumata blanca confirmará al nuevo líder de una institución con 13 siglos de historia, cuyo rol sigue siendo clave en el escenario internacional.