El obispo Farrell asume el control del Vaticano tras la muerte del papa Francisco
Kevin Joseph Farrell se convierte en camarlengo, encargado de gestionar la Santa Sede y organizar el cónclave. El irlandés de 77 años anunció el fallecimiento del Pontífice a las 7:35 del 21 de abril de 2025.
«El hombre que guiará la Iglesia en el interregno»
Farrell, obispo nacido en Dublín, asume funciones críticas: destruyó el anillo papal, coordinará el funeral y supervisará la elección del sucesor. «Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio», declaró sobre Francisco. Su cargo, derivado del latín camerarius domini papae, le otorga autoridad administrativa hasta el cónclave.
Una trayectoria entre luces y sombras
Ordenado sacerdote en 1978, Farrell fue obispo en Dallas y prefecto en el Vaticano. Criticó el matrimonio homosexual en 2015 y promovió misas antiaborto, pero luego mostró apertura: «Ayudaré a católicos LGBT a sentirse en su Iglesia». También enfrentó polémicas por vínculos con casos de abusos y financieros.
Preparando el camino para el nuevo Papa
Farrell garantizará el aislamiento de la Capilla Sixtina durante el cónclave y redactará informes de votación. Supervisará la residencia de los cardenales en Santa Marta y velará por la seguridad del proceso. Su labor terminará al entregar el documento final al nuevo Pontífice.
De Irlanda a Roma: un legado en transición
Farrell inició su carrera con los Legionarios de Cristo y estudió en España e Italia. Durante el papado de Francisco, moderó algunas posturas y destacó por su trabajo con inmigrantes hispanos en EE.UU., donde oficiaba misas en español.
El Vaticano en manos temporales
El camarlengo asume un papel protagónico en un momento histórico: cerrar el pontificado de Francisco, el primer Papa latinoamericano, y sentar las bases para su sucesor. Su gestión será clave en los próximos días.