Mendieta reflexiona sobre política y verdad con anécdotas históricas
El columnista evoca el encuentro Nixon-Kruschev de 1959 para analizar prejuicios políticos. Compara percepciones superficiales de líderes con la actualidad boliviana. Usa proverbios y citas para cuestionar cómo juzgamos a las figuras públicas.
«La verdad incómoda tras las apariencias»
Mendieta recupera el diálogo entre Kruschev y Nixon en Moscú, donde el líder soviético justificó las críticas a EE.UU. por su «política imperialista» en Venezuela. «La historia no es lineal; se parece a las mareas», señala, vinculándolo con tensiones actuales. Destaca cómo los medios subestimaron a Kruschev por su «grosería», pese a su astucia política.
Lecciones para Bolivia
El autor advierte que la clase media boliviana valora títulos y modales sobre habilidades prácticas, un sesgo heredado de la cultura católica e ibérica. Critica que se juzgue a líderes como Evo Morales por su «malevolencia» o falta de pulimento, ignorando su «voluntad de acero».
Diplomacia y arrogancia
Cita una carta de Nixon a Clinton: los diplomáticos son «raramente ignorantes, pero casi siempre arrogantes». Mendieta teme que, en las elecciones de agosto, prevalezcan prejuicios como los que ridiculizaron a Kruschev en su época.
Mareas que vuelven
El texto recuerda que las críticas a líderes «poco sofisticados» (desde Kruschev hasta Morales) suelen centrarse en formas, no en sustancia. Subraya cómo Nixon, pese a sus escándalos, demostró perspicacia en geopolítica, algo que la historia registra de manera selectiva.
Verdad versus conveniencia
Mendieta concluye que, ante las «preguntas difíciles» de la coyuntura electoral, la verdad rara vez triunfa sobre los estereotipos. Invita a evitar los juicios superficiales que, como en 1959, distorsionan el análisis político.