ONU declara arbitraria la detención de Camacho en Bolivia

El Grupo de Trabajo de la ONU determinó que la detención del gobernador Luis Fernando Camacho violó el debido proceso y fue motivada políticamente.

ONU declara arbitraria la detención del gobernador Camacho en Bolivia

El Grupo de Trabajo de la ONU determinó violaciones al debido proceso. Criticó la justificación del operativo y declaraciones del presidente Arce. El caso ocurre en un contexto de tensiones políticas en Santa Cruz.

«Detención motivada por opinión política», según la ONU

El organismo internacional señaló que la aprehensión de Luis Fernando Camacho «violó el principio de igualdad» al basarse en su rol como dirigente opositor. Cuestionó que la orden de captura se emitiera con fecha retroactiva y que no se le notificara durante el operativo. «Los videos contradicen la versión oficial sobre supuestos escoltas armados», destacó el informe.

Fallas procesales y presiones políticas

El Grupo observó que el Tribunal Constitucional Plurinacional admitió el alejamiento de Camacho como gobernador, impulsado por asambleístas del MAS. Además, criticó que el presidente Arce se pronunciara sobre el caso, al citar en una entrevista supuestas «confesiones» del detenido sobre su apoyo a Jeanine Áñez. La ONU consideró que esto afecta la presunción de inocencia.

Operativo bajo la lupa

La ONU rechazó la justificación del Ejecutivo sobre un despliegue policial masivo. Los videos muestran que Camacho solo estaba acompañado por un vehículo de seguridad, cuyos ocupantes fueron reducidos con gases por agentes encapuchados. El informe cuestiona el uso de fuerzas desproporcionadas.

Un patrón que se repite

El texto compara el caso boliviano con deportaciones masivas de venezolanos en EE.UU. y su envío a centros de detención en El Salvador. Ambos escenarios, según el autor, comparten «violaciones al debido proceso y tratos inhumanos», aunque con actores y contextos distintos.

Justicia en entredicho

El informe de la ONU expone irregularidades que podrían afectar la credibilidad institucional en Bolivia. Mientras, el paralelo con EE.UU. refleja tensiones globales entre seguridad y derechos humanos. El caso Camacho sigue marcando la polarización política nacional.