BCB modifica reglamento para usar Reservas Internacionales como garantía de créditos
El Banco Central de Bolivia podrá pignorar sus reservas, incluido el oro, para obtener financiamiento. El economista Fernando Romero advierte que podría destinarse a gasto corriente como importación de combustibles. La medida fue aprobada mediante resolución 028/2025.
«Las reservas ahora son colateral para préstamos»
El directorio del BCB incorporó un nuevo artículo (27) que autoriza contratar créditos con entidades públicas, privadas u organismos internacionales, usando las Reservas Internacionales como garantía. «Incluye depósitos en custodia, instrumentos de cobertura y pignoración», detalla el texto. El Comité de Reservas evaluará cada operación antes de su aprobación.
Posible destino: combustible y gasto corriente
Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, señala que el Gobierno buscaría financiar importaciones de carburantes. «El PGE 2025 ya preveía esta opción, pero no se ha especificado el monto ni el destino final», aclara. La Ley Financiera respalda legalmente estas operaciones sin desplazar las reservas físicas.
Postura oficial: «Es una práctica global»
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, defendió en noviembre 2024 que otros bancos centrales usan este mecanismo. «Busca garantizar el sistema de pagos y fortalecer la balanza cambiaria», argumentó. Sin embargo, no precisó si las reservas en oro ya están comprometidas.
Oro y dólares en juego
Bolivia mantiene un sistema de pagos dependiente de importaciones, con caída del 50% en exportaciones de hidrocarburos (2015-2025). Las Reservas Internacionales, incluyendo metales preciosos, son el último colchón ante crisis cambiarias. La modificación ocurre en un contexto de presión fiscal y demanda de incremento salarial por la COB.
Un blindaje financiero con riesgos
La medida amplía la capacidad de endeudamiento, pero expone las reservas a posibles ejecuciones de garantía. Su impacto dependerá de los montos movilizados y la transparencia en su uso, en un escenario donde el gasto corriente supera el 60% del presupuesto nacional.