Protestas globales «Tesla Takedown» se intensifican contra Elon Musk
Miles de manifestantes se concentran hoy en 213 puntos del mundo. Los activistas exigen boicotear a Tesla por el papel de Musk en recortes gubernamentales. Trump tilda las protestas de «terrorismo doméstico».
«Golpear donde más duele: la bolsa»
Organizadores como Natasha Purdum (Nueva Jersey) buscan «reducir el valor de las acciones de Tesla para afectar la fortuna de Musk». El movimiento, autodeclarado pacífico, urge vender vehículos y acciones. «Su riqueza le permite influir en políticas destructivas», afirman. Musk posee el 13% de Tesla (valorada en 829.000 millones).
Respuesta gubernamental: mano dura
Trump y la fiscal general Pam Bondi vinculan las protestas con «terrorismo», pese a informes que señalan a individuos aislados. Musk acusó a manifestantes pacíficos en X de «cometer crímenes». La Unidad Antiterrorismo del FBI monitorea actos, aunque la organización insiste en la no violencia.
De Nueva York a Berlín: la batalla retórica
Musk y Trump prometieron «perseguir a financistas y propagandistas», alegando sin pruebas vínculos con ONGs progresistas. La congresista Jasmine Crockett (D-TX) fue acusada de «incitar» por pedir que Musk sea «derribado» simbólicamente. Organizadores como Stephanie Frizzell (Dallas) denuncian «tácticas autoritarias para silenciar protestas legítimas».
Un magnate en el centro de la tormenta
Musk donó 260 millones al PAC que apoyó a Trump y gastó 44.000 millones en Twitter. Su influencia política y recortes a programas públicos han convertido a Tesla en símbolo de disputa.
Sin violencia, pero bajo la lupa
El movimiento enfrenta riesgos legales por la criminalización de las protestas. Expertos como Mike German (exFBI) advierten que la vigilancia antiterrorista podría afectar derechos civiles. Los organizadores recomiendan a los participantes seguir normas locales y tener asistencia legal.