Inundaciones en Santa Cruz afectan a 4.500 familias

Las riadas en Santa Cruz han afectado a 4.500 familias y 97.000 hectáreas, con daños en viviendas y cultivos. La emergencia obliga a evacuaciones y ollas comunes.
unitel.bo
Un perro en medio de una calle inundada con una persona al fondo.
La imagen muestra una calle parcialmente cubierta por agua tras una inundación, con un perro en primer plano mirando hacia atrás y una persona de pie al fondo.

Inundaciones en Santa Cruz afectan a 4.500 familias y 97.000 hectáreas

Las riadas han anegado viviendas y cultivos en Puerto Paila (Cotoca). La emergencia, declarada el 26 de marzo de 2025, obliga a evacuaciones y ollas comunes. Vecinos resisten en carpas o se refugian en un colegio habilitado como albergue.

\»El agua llegó a 50 centímetros y se llevó lo poco que teníamos\»

Los barrios San Juan y 3 de Mayo son los más golpeados por el desborde de los ríos Grande y Cotoca. \»La gente no tiene luz, ni agua, ni alimentos\», denuncia la profesora Nataly Alavi, voluntaria en las brigadas de ayuda. El alcalde Raúl Alvis confirmó que solo 100 de 300 familias afectadas aceptaron ir a albergues.

Respuesta ciudadana y riesgos

Algunos afectados, como don Zoilo Justiniano (77 años), accedieron a evacuar tras insistencia de las autoridades. Otros resisten en carpas junto a la carretera, \»esperando que el agua baje\», pese al peligro por camiones pesados. El COE y voluntarios mantienen ollas comunes, pero la falta de recursos básicos es crítica.

Cuatro décadas de récord

El Gobierno nacional declaró emergencia al registrar lluvias de intensidad no vista en 40 años, según el presidente Luis Arce. Santa Cruz acumula daños en cultivos y aislamiento de comunidades, con ocho personas atrapadas en El Puente y un desaparecido al intentar salvar su cosecha de coca.

Solidaridad sobre aguas revueltas

La magnitud del desastre exige ayuda urgente para viviendas, alimentos y reconstrucción. Municipios y ciudadanos organizan donaciones, mientras las autoridades monitorean nuevos desbordes. La continuidad de las lluvias mantiene en vilo a la región.