Reino Unido estudia modificar impuesto a tecnológicas

El gobierno británico evalúa cambios en el impuesto a gigantes digitales tras presión de EE.UU., que amenaza con aranceles de represalia.
POLITICO
Persona de pie en una acera con una carpeta roja en las manos.
Un individuo lleva una carpeta roja mientras camina por una acera frente a una reja negra.

Reino Unido estudia modificar el impuesto a tecnológicas ante presión de EE.UU.

El secretario de Comercio británico admite que el gravamen del 2% a gigantes digitales «no es inamovible». La medida, que afecta principalmente a empresas estadounidenses, recaudaría 800 millones de libras este año. El Gobierno busca evitar aranceles de represalia de Trump antes del 2 de abril.

«Un impuesto en revisión»

Jonathan Reynolds, secretario de Comercio del Reino Unido, declaró en la Conferencia Global de Comercio de Chatham House que el Impuesto a Servicios Digitales (DST) «puede cambiar». «Siempre hemos considerado que esto debería acordarse internacionalmente», afirmó. El gravamen del 2% se aplica desde 2020 a ingresos de plataformas como Google o Amazon.

Presión comercial cruzada

Estados Unidos amenaza con imponer aranceles recíprocos si el Reino Unido mantiene el DST, que considera discriminatorio contra sus empresas. Reynolds reconoció que Washington ha expresado «preocupaciones sobre la estructura específica» del impuesto. En enero, la administración Trump abandonó las negociaciones globales sobre fiscalidad digital en la OCDE.

Impacto en las cuentas públicas

La posible eliminación del DST dejaría un agujero de 800 millones de libras en los planes de gasto de la ministra de Hacienda, Rachel Reeves. Reynolds insistió en que ambos países comparten el objetivo de que «las tecnológicas paguen una tasa justa», pero el formato está en discusión.

Un tablero de ajedrez global

El DST británico se implementó como solución temporal ante la falta de consenso internacional para gravar a gigantes digitales. Desde 2018, la OCDE promueve un acuerdo multilateral, pero EE.UU. ha bloqueado avances, alegando que perjudica a sus empresas dominantes en el sector.

El desenlace se decide en días

El Reino Unido negocia intensamente con Washington para evitar aranceles antes del 2 de abril. Reynolds se mostró «cautelosamente optimista» sobre un acuerdo comercial bilateral, aunque admitió que «es un desafío». La decisión afectará a consumidores y empresas en ambos lados del Atlántico.