El Gran Chaco se reduce: Ayoreo no contactados en riesgo

La deforestación en el Gran Chaco amenaza a los Ayoreo no contactados, quienes enfrentan riesgos de salud y pérdida de territorio. Expertos exigen medidas urgentes.
Mongabay Environmental News
Vista aérea de un área rural con varias edificaciones dispersas entre vegetación abundante.
Imagen aérea que muestra una pequeña comunidad rodeada de vegetación en una zona rural.

El Gran Chaco se reduce: los Ayoreo no contactados enfrentan riesgos de salud y pérdida de su territorio

La deforestación en el Gran Chaco, impulsada por la expansión agrícola y proyectos de infraestructura, amenaza a las comunidades indígenas Ayoreo que viven en aislamiento voluntario. Expertos advierten que estos grupos, considerados los últimos no contactados fuera de la Amazonía, podrían enfrentar enfermedades mortales y la pérdida de sus tierras ancestrales si no se toman medidas urgentes. El Grupo Internacional de Trabajo para la Protección de los Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial (GTI-PIACI) ha llamado a los gobiernos de Paraguay y Bolivia, así como a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a implementar soluciones más ambiciosas para proteger a estas comunidades y detener la deforestación.

La deforestación avanza: un bosque que desaparece

El Gran Chaco, el segundo bosque más grande de Sudamérica después del Amazonas, ha perdido 5,3 millones de hectáreas entre 2001 y 2021. Este ecosistema, que se extiende por Argentina, Paraguay, Brasil y Bolivia, es el hogar de los Ayoreo, un pueblo indígena que vive de manera semi-nómada y que, en algunos casos, permanece en aislamiento voluntario. Sin embargo, la expansión de la frontera agrícola y la construcción de infraestructuras, como el Corredor Bioceánico, están reduciendo drásticamente su territorio.

En cualquier momento, nuestros hermanos Ayoreo en aislamiento saldrán del bosque, y esto ocurre porque tratamos al bosque como un supermercado, y cada día se despeja más”, declaró Rocío Picaneré, representante del Consejo Nativo Ayoreo del Este de Bolivia, durante una visita reciente al norte de Paraguay organizada por GTI-PIACI.

Riesgos de salud: enfermedades y falta de recursos

Los Ayoreo no contactados carecen de vacunas y de inmunidad natural frente a enfermedades comunes en el mundo exterior, lo que los hace extremadamente vulnerables si son forzados a salir del bosque. En 1989, varios miembros de la comunidad murieron tras ser contactados por misioneros, víctimas de una enfermedad pulmonar similar a la tuberculosis. Situaciones similares ocurrieron en 2004, cuando 17 Ayoreo-Totobiegosode emergieron del bosque debido al avance de pastizales para ganadería.

GTI-PIACI advierte que ni Paraguay ni Bolivia cuentan con los recursos sanitarios necesarios para atender a estas comunidades en caso de un contacto forzado. “No hay hospitales adecuados ni personal capacitado para atender a los indígenas que podrían enfermar”, señaló el grupo en un comunicado.

Proyectos de infraestructura: una amenaza adicional

El Corredor Bioceánico, una carretera de 2.200 kilómetros que conecta el Atlántico con el Pacífico, atraviesa el Chaco y podría agravar la situación. En Bolivia, el proyecto incluye una carretera de 220 kilómetros que pasa por el área de conservación Ñembi Guasu, hogar de los Ayoreo. “La deforestación por la construcción es solo una parte del problema. Las carreteras alteran completamente el entorno y los espacios vitales de los grupos no contactados”, afirmó GTI-PIACI.

Además, los agroquímicos utilizados en la agricultura industrial están contaminando las fuentes de agua, afectando tanto a la fauna como a las comunidades indígenas. “Llamamos a las autoridades a evaluar el impacto de estos químicos en el agua potable y en la vida silvestre”, agregó el grupo.

Falta de avances en las negociaciones

Desde 2016, los Ayoreo han intentado negociar con el gobierno paraguayo para obtener títulos de tierra y protección contra la expansión agrícola. Sin embargo, tras años de reuniones infructuosas, las comunidades abandonaron las negociaciones en 2021, frustradas por la falta de avances. A pesar de las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para proteger el territorio Ayoreo, muchas medidas no se han implementado o han sido insuficientes.

Levantamos nuestra alarma por la magnitud de la pérdida de los bosques del Chaco y sus culturas, y exigimos acciones urgentes para salvaguardar los derechos de la población indígena”, concluyó GTI-PIACI en su declaración.

La situación de los Ayoreo no contactados es un recordatorio urgente de la necesidad de proteger los bosques y los derechos de los pueblos indígenas. Sin medidas concretas y coordinadas, estas comunidades podrían enfrentar no solo la pérdida de su territorio, sino también graves riesgos para su salud y supervivencia cultural. La deforestación en el Gran Chaco no solo es una crisis ambiental, sino también una crisis humanitaria que requiere atención inmediata.