Jóvenes yanomamis usan drones para proteger su territorio en la Amazonía brasileña
En la Tierra Indígena Yanomami, la más extensa de Brasil, jóvenes indígenas han adoptado la tecnología de drones para monitorear y proteger su territorio de la minería ilegal. Con una extensión de casi 10 millones de hectáreas, equivalente al tamaño de Portugal, esta región ha enfrentado una grave crisis humanitaria y ambiental debido a la invasión de mineros ilegales en busca de oro y casiterita. Desde 2022, la asociación Hutukara Yanomami ha capacitado a jóvenes en el uso de drones, convirtiéndolos en multiplicadores de conocimiento para vigilar su territorio ancestral.
Una respuesta indígena a la minería ilegal
La invasión de alrededor de 20,000 mineros ilegales, conocidos como \»garimpeiros\», desencadenó una crisis sin precedentes en la Tierra Yanomami. Durante el gobierno del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022), la minería en tierras indígenas fue apoyada a pesar de estar prohibida por la Constitución brasileña. Ante la falta de acción gubernamental, los yanomamis decidieron tomar medidas propias. En 2021, Maurício Ye’kwana, director de la asociación Hutukara Yanomami, inició un proyecto para capacitar a jóvenes en el uso de drones, con el apoyo de organizaciones internacionales como CAFOD.
\»El objetivo del curso era capacitar a jóvenes yanomamis para que pudieran actuar como multiplicadores de conocimiento\», explicó Maurício a Mongabay. Desde entonces, se han realizado tres talleres presenciales en comunidades yanomamis del estado de Roraima, el más afectado por la minería ilegal.
La tecnología como herramienta de defensa
Cidiclei Palimitheli, de 26 años, es uno de los jóvenes capacitados en el uso avanzado de drones. \»Me gustó mucho este taller porque aprendí a manejar el dron y a mapear nuestro territorio\», dijo Palimitheli. Ahora, él y sus compañeros utilizan esta tecnología para monitorear áreas amenazadas por la minería ilegal y proteger sus comunidades. \»El dron me da más seguridad para ver si los mineros están cerca\», agregó.
Alexandre Ye’kwana, de 24 años, también destacó el impacto de la capacitación: \»Ya sé cómo hacer un plan de vuelo y usar funciones automatizadas. Quiero mapear las áreas mineras para proteger nuestro territorio\».
Un esfuerzo colectivo con resultados prometedores
El programa de drones ha sido posible gracias a la colaboración entre la asociación Hutukara y el Consejo Indígena de Roraima (CIR). Giofan Erasmo, agrónomo del CIR, ha sido clave en la capacitación. \»Hace tres años, no tenían idea de cómo usar drones. Ahora, han alcanzado un nivel avanzado\», afirmó Erasmo. Además de monitorear la minería ilegal, los jóvenes yanomamis están aprendiendo a mapear ríos y áreas de producción de alimentos, lo que les permite gestionar mejor su territorio.
El uso de tecnologías interactivas ha facilitado el aprendizaje, permitiendo a los jóvenes yanomamis proponer aplicaciones prácticas para sus comunidades. \»Este trabajo no solo mejora la protección, sino que también les ayuda a comprender mejor su extenso territorio\», añadió Erasmo.
Un futuro incierto pero esperanzador
Con la llegada al poder del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2023, los yanomamis recuperaron la esperanza. Lula prometió expulsar a los invasores de las tierras indígenas y proteger la Amazonía. Sin embargo, la minería ilegal persiste, y los yanomamis saben que no pueden depender únicamente del gobierno. \»El gobierno puede no continuar para siempre lo que se está haciendo hoy. Los yanomamis deben desempeñar un papel principal\», advirtió Maurício Ye’kwana.
Hasta ahora, las operaciones gubernamentales han logrado reducir la minería ilegal en un 91%, pero el desafío a largo plazo sigue siendo grande. Los drones se han convertido en una herramienta esencial para la autodefensa y la preservación cultural y ambiental de los yanomamis.
La iniciativa de los jóvenes yanomamis demuestra cómo la tecnología puede ser un aliado en la lucha por la protección de los territorios indígenas. Con drones en mano, estos jóvenes no solo vigilan su tierra, sino que también preservan el legado de sus ancestros y aseguran el futuro de una de las regiones más biodiversas del planeta.