Brasil busca cuadruplicar las concesiones forestales en la Amazonía para 2026
El gobierno brasileño ha anunciado un ambicioso plan para ampliar las concesiones forestales en la Amazonía, con el objetivo de alcanzar 5 millones de hectáreas gestionadas para 2026. Esta iniciativa, que busca regularizar la tala y combatir la deforestación ilegal, forma parte de una estrategia más amplia para promover el desarrollo sostenible en la región. Sin embargo, el proyecto enfrenta desafíos significativos, como la falta de definición legal de tierras públicas y la resistencia de comunidades tradicionales.
Un plan para recuperar el tiempo perdido
La Ley de Gestión de Bosques Públicos, aprobada en 2006 durante el primer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva, estableció un marco para regular la tala en la Amazonía. Sin embargo, solo 1.3 millones de hectáreas han sido concesionadas hasta ahora, muy por debajo de los 44 millones de hectáreas previstos. El gobierno actual busca acelerar este proceso, argumentando que la gestión forestal sostenible puede generar empleo, ingresos y reducir la deforestación ilegal.
“La gestión forestal es muy diferente a la deforestación. Mientras la primera extrae solo unos pocos árboles de valor comercial, la segunda elimina todos los árboles y convierte el bosque en áreas agrícolas”, explicó Ane Alencar, directora de ciencia del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM).
¿Cómo funciona la gestión forestal?
La gestión forestal implica técnicas específicas para minimizar el impacto ambiental. Solo se extraen de tres a seis árboles por hectárea, y las áreas explotadas deben permanecer inactivas durante 30 a 40 años para permitir su regeneración. Además, se excluyen especies en peligro de extinción y se priorizan árboles maduros.
“La dirección de la tala se planifica para evitar daños a los árboles circundantes, cursos de agua y áreas sensibles”, detalló Leonardo Martin Sobral, director de bosques y restauración de Imaflora, una ONG brasileña especializada en gestión forestal.
Desafíos y contradicciones
A pesar de los beneficios potenciales, el plan enfrenta obstáculos significativos. 36.5% de la deforestación amazónica en 2023 ocurrió en tierras públicas no designadas, un problema histórico vinculado al acaparamiento de tierras y la violencia en la región. Además, las comunidades tradicionales tienen visiones divergentes sobre el uso económico del bosque.
“Para muchas comunidades, la lógica de que el bosque debe generar ingresos para permanecer en pie es ajena a su cosmovisión”, señaló Fábio Martins, asesor legal de Rede Cerrado. Sin embargo, algunas comunidades están considerando la gestión forestal sostenible como una alternativa ante la creciente devastación.
El papel de los créditos de carbono
El gobierno brasileño también busca hacer más atractivas las concesiones forestales mediante la inclusión de créditos de carbono. La Ley 15.042, aprobada en diciembre de 2024, establece un mercado regulado de carbono en el país. No obstante, expertos como Paulo Amaral, investigador del Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon), cuestionan la viabilidad de generar créditos de carbono en áreas de gestión maderera.
“En este tipo de concesiones, el producto principal es la madera, mientras que el carbono es un subproducto. Con el tiempo, la regeneración y la captura de carbono tienden a disminuir”, explicó Amaral.
Contexto histórico: Una lucha contra el tiempo
La gestión forestal en la Amazonía brasileña tiene sus raíces en la década de 2000, cuando los niveles de deforestación alcanzaron cifras alarmantes. La presión nacional e internacional llevó a la creación de la Ley de Gestión de Bosques Públicos en 2006, que buscaba equilibrar la explotación económica con la conservación. Sin embargo, la implementación ha sido lenta y desigual, lo que ha permitido que la tala ilegal y la deforestación continúen avanzando.
Fuentes y transparencia
Esta información ha sido contrastada con declaraciones de expertos como Ane Alencar (IPAM), Leonardo Martin Sobral (Imaflora) y Paulo Amaral (Imazon), así como con datos oficiales del Servicio Forestal Brasileño (SFB) y organizaciones no gubernamentales. Las cifras sobre deforestación y concesiones provienen de informes públicos y estudios recientes.
Implicaciones y cierre
El éxito de este plan dependerá de la capacidad del gobierno para resolver problemas históricos, como la falta de definición legal de tierras públicas, y para conciliar los intereses de las comunidades tradicionales con los objetivos de desarrollo sostenible. Si se implementa correctamente, la gestión forestal podría convertirse en una herramienta clave para preservar la Amazonía y generar beneficios económicos para las poblaciones locales. Sin embargo, el camino está lleno de desafíos que requerirán consenso, inversión y una aplicación rigurosa de las normas ambientales.