Caranavi: Roban dos cisternas de combustible confiscadas por la Policía

Dos cisternas de combustible sin certificar, confiscadas por la Policía en Caranavi, fueron robadas esta madrugada mientras estaban bajo custodia de la población. El hecho ocurrió en medio de tensiones sociales por la escasez de combustible en la región.
Agencia de Noticias Fides - Bolivia
Mucha gente haciendo fila junto a un camión cisterna en una calle concurrida.
Imagen de un gran número de personas congregadas en una larga fila junto a un camión cisterna en una acera.

Caranavi: Roban dos cisternas de combustible confiscadas por la Policía

Dos cisternas llenas de combustible sin certificar, que habían sido confiscadas por la Policía en Caranavi, fueron robadas esta madrugada mientras estaban bajo custodia de la población. El hecho ocurrió en la plaza principal del municipio, donde los vecinos se habían apostado para evitar que el hidrocarburo fuera trasladado a La Paz. La Policía ya presentó una denuncia ante el Ministerio Público y ha reforzado las investigaciones para dar con los responsables y recuperar el combustible.

Un robo audaz en medio de la tensión social

El incidente se remonta a la confiscación de las cisternas en el sector de Puente León, donde la Policía Rural de Caranavi interceptó el combustible por falta de respaldo documental. Al intentar trasladar los camiones a La Paz, una turba atacó a los uniformados con petardos y dinamita, exigiendo que el hidrocarburo se quedara en el municipio, que enfrenta una grave escasez de combustible. Ante la presión, los policías accedieron a que la población custodiara las cisternas en la plaza principal, pero esta madrugada descubrieron que habían desaparecido.

“Tenemos conocimiento de que gente contratada ha ido a rescatar estas dos cisternas”, declaró el comandante Departamental de la Policía de La Paz, Gunter Agudo. Agregó que se ha enviado personal de refuerzo para localizar los vehículos y detener a los responsables.

La población, entre la necesidad y la desesperación

El robo ocurre en un contexto de creciente tensión en Caranavi, donde la escasez de combustible ha llevado a la población a tomar medidas extremas. Los vecinos se habían apostado alrededor de las cisternas para asegurar el acceso al hidrocarburo, un recurso vital para el transporte y la agricultura en la región. Sin embargo, la custodia popular no fue suficiente para evitar el robo, lo que ha generado indignación y frustración entre los habitantes.

“Es una situación desesperante. Necesitamos el combustible para trabajar, pero también hay quienes se aprovechan de la crisis”, comentó un vecino que prefirió mantener su nombre en reserva.

Contexto histórico: El contrabando de combustible en Bolivia

El robo de las cisternas no es un hecho aislado, sino que se enmarca en un problema recurrente en Bolivia: el contrabando de combustible. En los últimos años, el país ha enfrentado una creciente crisis de desabastecimiento de hidrocarburos, agravada por la falta de controles efectivos en las fronteras y la corrupción en las cadenas de distribución. Según datos oficiales, el contrabando de combustible representa pérdidas millonarias para el Estado y afecta directamente a los sectores más vulnerables de la población.

“Este caso refleja la fragilidad del sistema de control y la desesperación de una población que no recibe respuestas del gobierno”, señaló un analista económico consultado para esta nota.

Fuentes y transparencia

La información presentada en esta nota ha sido contrastada con declaraciones oficiales de la Policía Boliviana, testimonios de vecinos de Caranavi y análisis de expertos en seguridad y economía. El comandante Gunter Agudo confirmó los detalles del robo y las acciones emprendidas por la institución, mientras que los vecinos ofrecieron su perspectiva sobre la crisis de combustible en la región.

Implicaciones y cierre

El robo de las cisternas en Caranavi no solo evidencia la fragilidad del sistema de seguridad, sino también la profundización de la crisis económica y social en Bolivia. Mientras la Policía intensifica las investigaciones, la población espera respuestas concretas para garantizar el acceso a un recurso tan básico como el combustible. Este caso podría ser un punto de inflexión para replantear las políticas de control y distribución de hidrocarburos en el país, en un contexto donde la desesperación y la ilegalidad parecen ganar terreno.