El regreso de Trump reaviva el debate sobre el \»choque de civilizaciones\» de Huntington
La segunda presidencia de Donald Trump en Estados Unidos ha reabierto el debate sobre la teoría del \»choque de civilizaciones\» propuesta por Samuel Huntington en 1993. Según Huntington, los conflictos globales del futuro no se definirán por ideologías o economías, sino por diferencias culturales y civilizatorias. Tres décadas después, esta teoría parece cobrar vigencia en un mundo marcado por tensiones geopolíticas, migraciones masivas, desinformación y guerras híbridas.
Un mundo en conflicto: de Ucrania a América Latina
La administración Trump ha intensificado su estrategia de contención contra China y Rusia, mientras presiona a Europa para que asuma un papel más activo en Ucrania. Esta dinámica refleja un choque civilizatorio que no solo se limita a conflictos externos, sino que también incluye tensiones internas dentro de Occidente. Por ejemplo, las recientes disputas entre Estados Unidos y sus aliados tradicionales, como Canadá y la Unión Europea, evidencian una lucha de poder dentro de la civilización occidental.
En América Latina, Trump ha acusado a México de mantener una alianza con los carteles del narcotráfico, responsabilizándolo de la crisis del fentanilo en Estados Unidos. Además, ha invocado la Ley de Enemigos Extranjeros contra la organización criminal Tren de Aragua, vinculada a Venezuela, lo que ha generado tensiones con los gobiernos de Claudia Sheinbaum y Nicolás Maduro.
Herramientas de guerra moderna: migración, desinformación y sanciones
Los conflictos actuales no se libran solo en el campo de batalla, sino también a través de crisis migratorias, desinformación y sanciones económicas. Actores no estatales, como grupos criminales y organizaciones terroristas, desempeñan un papel clave en esta guerra híbrida. Por ejemplo, en Oriente Medio, las intervenciones en Yemen contra los Hutíes apoyados por Irán reflejan un choque directo entre Occidente y la esfera islámica radical.
En Europa, la migración musulmana ha generado tensiones internas, especialmente en países como Francia, donde el debate sobre la identidad nacional y la integración cultural sigue siendo un tema candente. Estas dinámicas confirman la vigencia de la teoría de Huntington en un mundo cada vez más polarizado.
América Latina: entre la occidentalización y las raíces indígenas
Latinoamérica, una región en constante lucha entre sus raíces indígenas y la occidentalización, enfrenta desafíos únicos en este contexto global. Según Huntington, esta dualidad identitaria hace que la región sea especialmente vulnerable a conflictos internos y externos. En Bolivia, por ejemplo, la coexistencia de múltiples identidades culturales podría agravar esta vulnerabilidad.
El dilema identitario de América Latina se refleja en su posición periférica dentro de la civilización occidental, lo que dificulta su integración plena en el núcleo anglo-europeo. Este contexto permite analizar la lucha interna por el poder en países como Bolivia, donde las tensiones culturales y políticas están intrínsecamente ligadas.
El futuro de Occidente: redefinir prioridades
El regreso de Trump a la presidencia obliga a Occidente a replantear sus prioridades. En un mundo marcado por guerras híbridas, crisis migratorias y conflictos culturales, es fundamental que los países occidentales prioricen las amenazas geopolíticas sobre disputas internas, como las relacionadas con atletas transgénero o cuotas raciales y de género.
La teoría del \»choque de civilizaciones\» sigue siendo una herramienta útil para entender las dinámicas internacionales actuales, pero también plantea preguntas incómodas sobre el futuro de la civilización occidental. ¿Podrá Occidente mantener su hegemonía en un mundo cada vez más fragmentado? ¿Cómo afectará este contexto a regiones periféricas como América Latina?
En definitiva, el regreso de Trump a la presidencia no solo reaviva el debate sobre el \»choque de civilizaciones\», sino que también reafirma su vigencia en la geopolítica actual. Un mundo marcado por guerras híbridas, crisis migratorias y conflictos culturales obliga a Occidente a redefinir sus prioridades. En este marco, América Latina, atrapada en sus propias contradicciones, enfrenta desafíos que agravan su vulnerabilidad.