Las largas filas por combustible en Bolivia: una crisis que se normaliza
Más de cuatro semanas de filas en las estaciones de servicio de Bolivia han dejado a conductores y transportistas en una situación crítica. En Santa Cruz de la Sierra, los ciudadanos relatan cómo lo que antes era un trámite rápido se ha convertido en una espera de horas, e incluso días, para obtener combustible. El Gobierno atribuye la escasez a la falta de divisas para importar carburantes, mientras los afectados exigen soluciones inmediatas.
De minutos a horas: el nuevo ritmo de los surtidores
“Antes no se hacía ni cola para cargar. Ni cinco minutos tardaba. Ahora se hace fila por dos horas, tres horas. A veces hasta un día hice fila”, relata un conductor en una estación de servicio al norte de Santa Cruz. Aunque algunos reconocen que el tiempo de espera ha disminuido en comparación con las primeras semanas de la crisis, la normalización de las filas largas preocupa a los ciudadanos. “Parece como si fuera normal, ya se está acostumbrando y no debe ser así”, reflexiona otro usuario.
El transporte pesado, entre los más afectados
El sector del transporte público y de carga es uno de los más golpeados por la escasez de diésel y gasolina. Los conductores de camiones y buses han tenido que pasar noches enteras en las estaciones de servicio, afectando no solo su trabajo, sino también la cadena de suministros en el país. “Estamos contentos porque ahora solo esperamos cuatro horas, pero es un engaño. Cuatro horas es harto”, comenta un hombre mientras espera su turno.
El Gobierno reconoce la falta de divisas
El ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, admitió que la falta de divisas está afectando la importación de carburantes. “El Gobierno no puede cubrir la demanda actual”, declaró. Ante esta situación, la administración de Luis Arce insiste en la aprobación de créditos internacionales para obtener los fondos necesarios y garantizar el abastecimiento. Sin embargo, las medidas aún no han logrado resolver la crisis.
Protestas y paros: la respuesta ciudadana
La escasez de combustible ha desencadenado una serie de protestas y paros en diferentes regiones del país. Choferes de La Paz y El Alto han anunciado un paro de 48 horas, exigiendo no solo soluciones a la falta de carburantes, sino también medidas frente al alza de la canasta familiar. Además, los Ponchos Rojos instalaron un cerco en la plaza Murillo para entregar un pliego petitorio al Gobierno, mientras otros sectores mantienen bloqueos y movilizaciones.
Contexto histórico: una crisis recurrente
La escasez de combustible no es un problema nuevo en Bolivia. En los últimos años, el país ha enfrentado varias crisis similares, generalmente vinculadas a la falta de inversión en infraestructura petrolera y a la dependencia de las importaciones. Aunque el Gobierno ha intentado implementar medidas para aumentar la producción local, los resultados han sido insuficientes. La actual crisis se agrava por la falta de divisas, un problema que afecta a múltiples sectores de la economía boliviana.
Fuentes y transparencia
Esta información ha sido contrastada con declaraciones de conductores en Santa Cruz de la Sierra, así como con las declaraciones oficiales del ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo. Además, se han consultado reportes de medios locales como Unitel Digital y testimonios de organizaciones civiles y transportistas afectados.
Implicaciones y cierre
La normalización de las filas por combustible refleja una crisis que va más allá de la escasez temporal. Mientras el Gobierno busca soluciones financieras, los ciudadanos exigen respuestas concretas y un plan a largo plazo que garantice el abastecimiento de carburantes. La situación no solo afecta la movilidad, sino también la economía y la vida cotidiana de miles de bolivianos. En los próximos días, se espera que las protestas y los reclamos aumenten si no se toman medidas urgentes.