El modelo económico de Arce Catacora: ¿justo y exitoso o una retórica insostenible?
El presidente boliviano, Luis Alberto Arce Catacora, presentó en 2020 su libro “Un modelo económico justo y exitoso”, en el que defiende el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP). Sin embargo, cinco años después, la realidad económica del país parece contradecir sus afirmaciones. El modelo, basado en la redistribución de ingresos de recursos naturales no renovables y la industrialización interna, enfrenta críticas por su dependencia de mercados volátiles, su enfoque asistencialista y el creciente endeudamiento público.
Los pilares del modelo y sus contradicciones
El MESCP se sustenta en tres ejes principales: la explotación de recursos naturales no renovables, la redistribución de sus dividendos en programas sociales y la industrialización de la economía interna. Sin embargo, este enfoque presenta varias contradicciones. Se asume que los ingresos de los recursos naturales son constantes, ignorando la necesidad de reinversión y la volatilidad de los mercados internacionales. Además, el gasto social, de carácter universal y asistencialista, crece exponencialmente, mientras que los ingresos que lo financian dependen de factores externos como la demanda de gas y minerales, principalmente de China.
Según datos recientes, ni los precios ni los volúmenes de producción han logrado sostenerse. La caída en la demanda de los mercados emergentes y la falta de inversión en el sector de hidrocarburos han debilitado la base financiera del modelo. Esto ha llevado a un déficit fiscal consecutivo desde 2014, cubierto cada vez más con deuda interna y externa.
Industrialización: ¿solución o problema?
Uno de los pilares del modelo es la industrialización, que debía generar cadenas de producción a partir de sectores primarios como la agricultura, la ganadería y el turismo. Sin embargo, el enfoque ha sido criticado por su falta de claridad en la identificación de mercados finales. “Primero industrializo, luego reconozco los mercados”, parece ser la lógica aplicada, lo que ha llevado a la creación de 53 empresas públicas deficitarias, según el Presupuesto General del Estado 2025. Estas empresas demandan recursos adicionales, que ya no provienen de los sectores primarios, sino de la deuda.
La industrialización, más que una solución, se ha convertido en un lastre para las finanzas públicas, con un impacto directo en la economía interna y en la capacidad del Estado para mantener sus programas sociales.
El impacto social y económico
El modelo prometía reducir la pobreza y la desigualdad a través de programas sociales universales. Aunque inicialmente se observaron avances en los indicadores de pobreza, estos han retrocedido debido al deterioro del mercado interno y el aumento de la informalidad económica. Además, el endeudamiento creciente ha llevado a una mayor presión fiscal sobre los contribuyentes, con sanciones más estrictas por parte del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN).
La pregunta clave es: ¿es justo y exitoso este modelo? Para muchos, la respuesta es negativa. La dependencia de recursos no renovables, la falta de inversión en sectores clave y el creciente endeudamiento han puesto en jaque la sostenibilidad del MESCP.
Contexto histórico: del indigenismo al asistencialismo
El modelo económico de Arce Catacora no surge en el vacío. En el pasado, el Movimiento al Socialismo (MAS) utilizó el indigenismo, el antirracismo y la lucha contra la discriminación como banderas para consolidar su base social. Sin embargo, con el tiempo, esta base ha mutado hacia una nueva clase de simpatizantes: profesionales urbanos y periurbanos, empleados públicos que dependen directamente del Estado.
El asistencialismo universal se ha convertido en la nueva herramienta de legitimación política, pero su sostenibilidad está en entredicho. La falta de una estrategia clara para diversificar la economía y reducir la dependencia de los recursos naturales no renovables ha dejado al país en una posición vulnerable.
Fuentes y transparencia
Esta información ha sido contrastada con datos del Presupuesto General del Estado 2025, declaraciones de expertos en economía y análisis de las dinámicas del mercado internacional de hidrocarburos y minerales. Se han incluido perspectivas críticas que cuestionan la viabilidad del modelo, así como referencias al libro de Arce Catacora y su enfoque teórico.
El modelo económico de Arce Catacora, aunque bien intencionado, enfrenta desafíos estructurales que ponen en duda su sostenibilidad. La dependencia de recursos no renovables, el creciente endeudamiento y la falta de claridad en la industrialización son solo algunos de los problemas que deben abordarse para garantizar un futuro económico estable para Bolivia. La pregunta sobre si este modelo es justo y exitoso sigue abierta, y la respuesta dependerá de la capacidad del gobierno para adaptarse a una realidad cada vez más compleja.